El Partido Liberal Democrático (PLD) y el Komeito, la coalición gobernante de Japón, aprobaron un plan fiscal para 2022 con incentivos tributarios para que las empresas aumenten el salario de los trabajadores, un objetivo de la administración del primer ministro Fumio Kishida para impulsar el ingreso de los hogares y estimular el consumo interno.
Las grandes empresas que aumenten los salarios en un 3% o más y las pequeñas empresas que hagan lo mismo en al menos 1,5% serán elegibles para reducciones de impuestos.
Para la que el plan sea viable, el gobierno de Kishida presentará los proyectos de ley necesarios ante el Congreso en enero próximo.
Kyodo explicó que el nuevo esquema tributario tendrá una vigencia de dos años a partir de marzo de 2022. Para facilitar los aumentos salariales se ofrecerá una deducción fiscal de hasta 30% a las grandes empresas y 40% a las pequeñas, dependiendo de la cantidad del aumento de los salarios y la inversión en la formación de empleados.
Algunas deducciones similares ya están en vigencia, pero se han elevado las condiciones para exigir a las empresas a aumentar los salarios en una cantidad más real.
En el año fiscal 2021, el aumento salarial promedio fue del 1,78%, un índice que no ayudará mucho a mejorar los ingresos de los trabajadores en Japón.
Pese al entusiasmo que Kishida y de la coalición PLD – Komeito, los economistas dudan si las empresas asumirán mayores costos laborales en un momento en que las perspectivas de contener la pandemia siguen siendo inciertas. (AG/RI/)
