En enero de 2018, la monja vietnamita Thich Tam Tri abrió el templo Daionji en la ciudad de Honjo, prefectura de Saitama, donde ofrece refugio a sus compatriotas pobres, enfermos o desempleados.
La budista ayudaba a muchos vietnamitas a retornar a su país. Sin embargo, la pandemia de coronavirus forzó la suspensión de vuelos entre Japón y Vietnam, motivo por el cual ha aumentado de manera significativa el número de vietnamitas que necesitan un techo bajo el cual cobijarse.
Enterado de la dramática situación por la que atraviesan los extranjeros, Michio Tomita, un japonés de 72 años, dueño de una casa en la ciudad de Nasushiobara, en la prefectura de Tochigi, decidió donarla a la monja para que acogiera a sus compatriotas en situación de necesidad. La casa es hoy el segundo templo budista que Thich Tam Tri ha abierto para auxiliar a los pobres.
Tomita conoce la realidad de los vietnamitas. Expropietario de una compañía de revestimiento de pintura, recuerda a aquellos que trabajaban para los fabricantes de electrodomésticos que eran sus clientes. “Me conmovía que los jóvenes (vietnamitas) trabajaran tan duro en un país extranjero”, dice a Mainichi Shimbun.
“Si esos jóvenes lo están pasando mal, pensé que quería que hicieran uso de la casa”, explica el generoso donante.
Y si hablamos de generosidad, una mención especial merece la monja Thich Tam Tri, que lleva diez años ayudando a sus compatriotas. Tras el terremoto y el tsunami de 2011, la mujer formó parte de un grupo de personas que se dirigió a los zonas de desastre en tres autobuses para ayudar a los damnificados vietnamitas.
En aquella época, Tam Tri estaba estudiando para un doctorado en la Universidad de Taisho. La mujer se mudó a Japón en 2001 para investigar sobre el budismo.
Desde 2011, esta extraordinaria monja ofrece comida y un lugar para dormir a sus compatriotas. Además, si uno fallece en Japón, en cooperación con la embajada de Vietnam, recoge su cuerpo, se comunica con su familia y participa en los servicios funerarios. Los vietnamitas mueren por accidentes o enfermedades, pero también por suicidios debido a su difícil situación.
448.053 vietnamitas viven en Japón, según información de la Agencia de Servicios de Inmigración correspondiente a diciembre de 2020. (International Press)