La idea tradicional de los japoneses de la post guerra, de trabajar fuerte esperando la edad de la jubilación ha comenzado a destruirse de a pocos. Empezar a recibir una pensión a los 65 años, o lo que es peor adelantarla a los 60, como está haciéndose, ya no es rentable por donde se le mire.
Hoy empieza a difundirse el pensamiento de cómo trabajar y vivir después de los 60 años, una tendencia que puede arraigarse si el mercado laboral sigue diversificándose y se le otorga más valor al conocimiento y la experiencia de los trabajadores mayores.
Shunsuke Yamazaki, experto en inteligencia financiera y analista del Nikkei, sostiene que a partir de ahora uno de los temas que se debe considerar seriamente es la opción de recibir una pensión con “pago diferido”.
Así como existe un método para empezar a recibir la pensión de jubilación entre los 60 y 64 años o de 66 a 70 años, a partir de abril del 2022 habrá un mecanismo que permitirá empezar a recibir la pensión entre los 70 y 75 años.
Cuanto más temprano se recibe la jubilación la desventaja de cobrar menos es mayor. Si se elige el método de aplazamiento, recibirá un aumento de pensión a cambio de no cobrar el dinero.
Yamazaki explica que si una persona pasa 5 años sin reclamar su pensión hasta los 70 años, el importe del cobro aumentaría en un 42%.
Sostiene que el sistema de pensiones está diseñado para que una longevidad estándar casi no genere pérdidas. Cuanto más se viva más beneficios habrá.
Sin embargo, desde hace muchos años que el porcentaje de personas que reciben una pensión anticipada, que viene con una cantidad de dinero baja, ha aumentado frente a una menor cantidad de ciudadanos que optan por el aplazamiento.
Según datos del Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar Social, el 12,3% de 33,92 millones de beneficiarios de la pensión eligieron adelantar su pensión frente al 1,5% que postergaron el cobro.
Muchos de quienes han adelantado el cobro de la pensión son de una generación que tenía en la cabeza que ésta se recibía a los 60 años, aunque en 1985 una revisión de la ley estableció que la pensión debía seguir pagándose hasta los 65 años. Esta misma generación también vivió escuchando y leyendo que el sistema podría quebrar y dejar a todos en el aire, cosa que no ocurrirá
Pero esta tendencia podría cambiar en los próximos 5 a 10 años. Esto se debe, según Yamazaki, a que “a partir de ahora aumentarán las generaciones que tienen la idea clara de que la pensión comienza a cobrarse a los 65 años” y que con más opciones de vida y trabajo podrían retrasar el momento del cobro de la jubilación de forma más natural. Al final, les podría resultar más rentable. (RI/NI/)
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