Artículo actualizado 11:05 del 30/09/2021
El gobierno japonés no ha implementado hasta ahora un protocolo unificado para vacunar contra el coronavirus a los extranjeros ilegales, salvo una disposición del Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar Social que solicita a los gobiernos locales vacunar desde el 14 de junio solo a aquellos que posean el karihomen (libertad condicional) emitida por Inmigración.
Aunque varios gobiernos locales han comenzado a tratar el tema de los ilegales caso por caso, la vacuna está llegando a pocas personas sin visa. Algunas ciudades aceptan vacunar a los indocumentados, pero advierten que pasarán la información personal a Inmigración.
Incluso en una misma prefectura no todas las ciudades han accedido poner la vacuna a los ilegales o pasa como en Gunma, donde dos localidades vecinas, Ota e Isesaki-shi actúan distinto. La primera acepta inmunizar a los overstay y la otra ciudad no.
“No tenemos instrucción para vacunar a los extranjeros ilegales, salvo a quienes tienen karihomen”, confirmó a International Press la oficina para el coronavirus de la Prefectura de Gunma, en una posición que es distinta a Ota, que es ciudad de su jurisdicción. Cada localidad adopta una forma de actuar, mientras el gobierno central se libera de la responsabilidad de tomar una decisión concreta.
La vacunación de los inmigrantes con libertad condicional ya se ejecuta en todo el país. El karihomen es obtenido bajo ciertas circunstancias y pruebas que justifiquen la liberación de extranjeros que están retenidos por Inmigración a la espera de su deportación.
“Acabo de recibir la primera dosis y la segunda me toca el 15 de octubre. Antes me acerqué al municipio con mi hijo llevando nuestro papel de karihomen, rellené un documento y nos dieron el cupón vacunación”, declaró una residente ilegal de 50 años de nacionalidad peruana que vive en Osaka y que está en libertad condicional intentando revertir una orden de deportación ante la justicia ordinaria.
Sin embargo, la disposición del Ministerio de Salud sólo beneficia a poco más de 3.300 inmigrantes con libertad condicional, según estadísticas de Inmigración hasta finales de 2019. La inmensa mayoría de indocumentados en Japón, que suman 82.868 al 1 de enero de este año, carecen por completo de un protocolo para su vacunación.
La gran mayoría de los indocumentados son vietnamitas (15.689), coreanos de sur (12.433), chinos (10.335), tailandeses (8.691), filipinos (5.761), entre otros.
SI QUIEREN VACUNARSE DEBEN IR… A INMIGRACIÓN
Un responsable del Ministerio de Salud declaró al periodista independiente Fumiaki Yonemoto que “la idea básica es que si un extranjero con la visa vencida que quiere vacunarse, debe consultar directamente con la oficina de trámites de residencia (Inmigración) más cercana”.
No obstante, acercarse a una oficina de Inmigración no es algo que pase por la cabeza de un indocumentado, ni siquiera por la vacuna. «Nos están haciendo rogar por la vacuna. No quiero morir por no haberme vacunado», se quejó un peruano sin visa radicado en Isesaki, Gunma.
«Llamé al teléfono de información sobre coronavirus y me dijeron que me acerque, pero un amigo que dijo que había el riesgo de que avisen a la policía», declaró otro hispanohablante indocumentado que vive en Tsuchiura, Ibaraki. «Quiero vacunarme», afirmó.
Diplomats, expats and other foreign residents in Japan who are registered with a municipality of residence are eligible for the COVID-19 vaccination. Inoculation questionnaire will be translated into multiple languages.
— KONO Taro (@konotaromp) February 1, 2021
LA ONU HA PEDIDO VACUNAR A TODOS… JAPÓN DUDA
El gobierno japonés ha trazado una política de la vacunación que incluye a los extranjeros, pero con bemoles. En la página web del Primer Ministro, en la sección de información sobre coronavirus, dice: “La vacuna COVID será totalmente financiada con fondos públicos (sin cargo) para todos. Se espera que todos los residentes, incluidos los extranjeros, sean vacunados con cargo al gasto público total”.
El problema para la autoridad japonesa es que los extranjeros sin visa no están registrados como residentes en sus municipios. Esto hace que no sean incluidos en el padrón nacional de vacunación.
Mientras Japón invoca la legalidad de los residentes no japoneses para inocularlos, la Comisión de Trabajadores Migrantes de Naciones Unidas ya ha pedido que “todos los inmigrantes y sus familias, independientemente de su nacionalidad o estado de residencia tengan acceso justo a la vacuna basado en el principio de no discriminación”.
ALGUNAS ACCIONES A FAVOR DE LA VACUNACIÓN
Entre tanto, algunas comunidades de inmigrantes en Japón intentan organizarse para pedir al gobierno japonés la vacunación para los indocumentados.
Desde marzo, un grupo de indonesios radicados en Oarai-machi, en la prefectura de Ibaraki, tienen el apoyo de pastores cristianos para solicitar la vacuna para un puñado de compatriotas que viven con la visa vencida.
En febrero de este año, cuando el país recién iniciaba la vacunación masiva, la agencia Kyodo reportó que el municipio de Ota, en la prefectura de Gunma, donde residen unos 10.000 inmigrantes, dijo que se preparaba para inocular también a inmigrantes ilegales bajo ciertas condiciones. Varias gobiernos locales siguieron la misma línea, aunque con varios requisitos que muchos indocumentados no han aceptado.
Ha transcurrido el tiempo y la falta de decisión del gobierno central está evitando que la vacuna llegue a los indocumentados con el enorme riesgo de contagios y serias complicaciones de salud. (RI/MS)
(Si usted es indocumentado o conoce alguna información que quiera compartir con nosotros escriba a: info@internationalpress.jp o al WhatsApp +81 9061286853)
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