Las publicaciones que desinforman y mienten sobre la vacuna contra el coronavirus se están extendiendo por las redes sociales japonesas. En enero de este año comenzó a circular la afirmación de que las vacunas COVID-19 provocaban la infertilidad. Siete meses después, el número de estas publicaciones ha llegado, solo en Twitter, a unas 110.000, según ha informado el diario Nikkei.
Más de la mitad de esas publicaciones partieron de solo 29 cuentas desde donde se escribieron un total de 473 twits que fueron reenviados 53.000 veces.
Fujio Toriumi, profesor de la Universidad de Tokio, hizo un seguimiento de las publicaciones relacionadas a las vacunas que fueron retuiteadas al menos una vez entre el 1 de enero y el 30 de julio. El número ha ido creciendo mes a mes y según el impacto del contenido de la información.
Los mensajes negativos sobre la vacuna más frecuentes en las redes en idioma japonés han sido que ésta “provocaría infertilidad” y “aborto espontáneo”.
NO BASE CIENTÍFICA
Nobuhiko Okabe, director del Instituto de Salud y Seguridad de Kawasaki, sostuvo que en este momento “no hay informe de casos de ‘infertilidad’ como reacción secundaria y no creo, desde el punto de vista profesional, que la vacuna conduzca a ello”.
El Ministerio de Salud también afirmó que “no existe base científica” para una afirmación de tal naturaleza.
El profesor Toriumi identificó en su análisis de redes sociales que las publicaciones negativas sobre la vacuna comenzaron a aumentar el 16 de junio cuando un twittero japonés escribió: “un exvicepresidente de Pfizer dijo que la vacuna podría provocar infertilidad”.
El mensaje se extendió entre cientos de cuentas con comentarios que repetían “horrible” y “no me quiero vacunar”. El mismo contenido se multiplicó por miles hasta junio cuando la campaña de vacunación comenzó a acelerarse.
En los reenvíos de mensajes muchas volvieron a afirmar “el mayor problema de las vacunas es la infertilidad” y “los componentes de la vacuna se acumulan en los ovarios”.
Unas 29 cuentas, de las cuales un solo propietario se identificó como médico, hicieron rodar estas informaciones que en realidad eran una reproducción del bulo (o rumor) que se extendió en noviembre de 2020 comenzó en Europa.
RUMORES COPIADAS DE OCCIDENTE
El bulo japonés junta dos versiones falsas sobre la vacuna y las deforma aún más. Atribuye a un exvicepresidente de Pfizer una afirmación hecha por un supuesto experto latinoamericano, de quien solo hay un audio, que sostiene que la vacuna volverá infértil a un 97% de los varones y 46% de las mujeres inoculadas como parte de un plan para reducir la población mundial.
A principios de noviembre de 2020 la prensa mundial desmintió las afirmaciones del “experto” y aunque identificó al exvicepresidente de Pfizer, corroboró que éste jamás había hecho una sola referencia a la infertilidad.
Era el médico inglés Michael Yeadon, quien entre 2006 y 2011 colaboró con Pfizer como vicepresidente y responsable científico de la Unidad Respiratoria y de Alergias de la compañía. Él escribió un artículo en octubre de 2020 que afirmaba erróneamente que la pandemia había acabado en Reino Unido, que en algunas zonas de ese país se había llegado a la inmunidad de rebaño y que no eran necesarias más vacunas.
LA CORRIENTE DE LOS «ENGAÑOS» JAPÓN
En Japón muchas publicaciones criticaron los rumores contra la vacuna y las tildaron como “engaños” desde tres cuentas relacionadas a instituciones médicas y desde el Twitter oficial de la Oficina del Primer Ministro. No obstante el esfuerzo, el descrédito sobre la vacuna estaba hecho, sobre todo entre jóvenes.
Una encuesta realizada en febrero por el Centro Nacional de Neurología y Psiquiatría de Japón, el 15,6% de las mujeres entre 15 a 39 años y el 14,2% de los hombres respondieron que no querían vacunarse expresando como principales razones: “me preocupan las reacciones secundarias” y “no creo que sea eficaz”.
Un análisis independiente del diario Nikkei mostró otros contenidos anti-vacuna de amplia repercusión entre los internautas japoneses. “Las vacunas cambian la información genética” o algo de tono más conspirador: “El estado tiene como objetivo cambiar los genes de las personas con la vacunación” o “la vacuna contiene microchips” o versión de que “el cuerpo se vuelve magnético” que ocurrentes japoneses compartieron con la foto de una persona, supuestamente un familiar, con una cuchara pegadas al cuerpo “justo después de vacunarse”. “El microchip de la vacuna se conecta con el 5G y el cuerpo es manipulado”.
A finales de julio, se divulgó el post que decía: “El Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas admite que la vacuna es ineficaz”, luego que el Instituto reportara casos de personas infectadas aún después de la vacunadas. El organismo tuvo que eliminar su twit informativo para evitar que haya tergiversación de sus reportes.
Al mismo tiempo, se supo que de las 29 cuentas que divulgaron informaciones falsas sobre infertilidad siete eran de personas relacionadas al movimiento antiglobalización y opositores a la inmigración extranjera, seguidos de conspiracionistas, naturalistas que rechazan cualquier inoculación, anti Partido Liberal Democrático (el partido gobernante) y un twitero que se identificó como médico.
Llamó la atención que del total de cuentas que tuitearon sobre la infertilidad en julio, el 20% lo hizo por primera vez.
En el extranjero la corriente anti-vacuna ha sido medida en marzo de este año. El Centro de Contramedidas de Odio Digital, una ONG que opera en EEUU y Reino Unido, revela en un estudio que el 65% de las informaciones falsas sobre las vacunas en redes sociales provenía de 12 personas. (RI/IP/SNS)
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