La ciudad de Atami en Shizuoka sigue pendiente de las cinco personas aún desaparecidas y guarda luto por la muerte de 22 personas, un mes después de que un potente deslizamiento de lodo y escombros arrasara parte del distrito de Izusan.
Al mismo tiempo, mientras los damnificados buscan un camino para reconstruir rápidamente sus vidas, es casi un hecho que el derrumbe será investigado a causa de un terraplén inadecuado que se vino abajo por las lluvias del pasado 3 de julio.
Algunos residentes están considerando reclamar el pago de una compensación a la prefectura, el municipio y a la empresa responsable del terraplén formado en las alturas de Atami. “Ha sido un desastre provocado por el hombre”, dijo un vecino afectado.
A las 10.30 de hoy, la misma hora en que ocurrió el desastre, sonó una sirena para recordar a las víctimas. El gobernador de Shizuoka, Heita Kawakatsu y el alcalde de Atami, Sakae Saito, rindieron su homenaje en la zona.
Cerca de 56.000 metros cúbicos de derrumbaron, atravesaron el distrito de Isuzan y desembocaron en el río Aihatsu, 2 km abajo. Unas 299 personas han perdido sus casas y continúan evacuados en dos hoteles de la ciudad.
El agua potable y la electricidad alrededor de la zona se ha restablecido gradualmente, mientras han comenzado las solicitudes para acceder a viviendas públicas. El cierre de la Carretera Nacional 135 se levantó el pasado jueves 29 de julio. (RI/IP)
Be the first to comment