Si el funcionario número dos de la embajada japonesa en Corea del Sur no hubiera realizado unas declaraciones ofensivas contra el presidente surcoreano, Moon Jae In, este probablemente habría visitado Japón para asistir a la apertura de los Juegos Olímpicos de Tokio y reunirse con el primer ministro Yoshihide Suga.
El encuentro bilateral que habría contribuido a mejorar las deterioradas relaciones entre ambos países no fue posible porque Hiroshi Soma, a mediados del mes pasado (antes de la inauguración de los Juegos), desdeñó los esfuerzos diplomáticos de Moon con respecto a los lazos nipocoreanos.
Soma le dijo un reportero de la emisora surcoreana JTBC que los esfuerzos de Moon equivalían a una «masturbación», según Kyodo.
En represalia por sus declaraciones, el gobierno japonés ha ordenado el regreso a Japón de Soma.
Tras las declaraciones del diplomático, subjefe de misión en la embajada japonesa en Seúl desde 2019, Corea del Sur presentó una protesta y solicitó a Japón la adopción de medidas «visibles» para evitar un incidente similar en el futuro. Además, anunció que Moon no viajaría a Japón.
El embajador japonés en Corea del Sur, Koichi Aiboshi, amonestó a su subordinado por su «comentario extremadamente inapropiado».
La última vez que los líderes de ambos países se reunieron fue en diciembre de 2019, cuando Moon y el ex primer ministro Shinzo Abe sostuvieron una cumbre.
Las relaciones entre ambos países se han deteriorado por fallos de la justicia surcoreana, que ha ordenado a compañías japonesas el pago de compensaciones a víctimas de trabajos forzosos en tiempos de guerra. (International Press)
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