En octubre de 2011, en la ciudad de Otsu, en Shiga, un escolar del segundo año de secundaria básica (13 años en ese momento) se suicidó a causa del hostigamiento de dos compañeros de clase. La familia entabló una demanda por daños y perjuicios contra los acosadores que la Corte Suprema ha concluido hoy.
La primera sala de Corte Superior de Osaka decidió desestimar la apelación de la familia de la víctima y hacer cumplir la sentencia del Tribunal Superior de Osaka que ordenó a los excompañeros de la víctima pagar una compensación total de 4 millones de yenes (aprox. US$38.800)
El proceso se realizó sobre la base de Ley de Promoción de Medidas de Prevención del Acoso, que exige a la escuela informar en detalle al gobierno central y al Ministerio de Educación cuando la familia del niño suicida inicia una investigación para conocer los hechos.
Le ley fue promulgada en 2013 en vista de la falta de un marco legal que obligara a la escuela a colaborar con total transparencia en casos de acoso y suicidio. En un inicio la escuela fue duramente criticada por decir sobre este episodio se trató de una “disputa”.
LOS HECHOS… UN ACOSO IMPLACABLE Y VIOLENTO
En octubre de 2011, el niño saltó desde su apartamento y murió. En 2012, la familia presentó una demanda contra dos ex compañeros de clase y contra la Municipalidad de Otsu.
En febrero de 2019, el juez del Tribunal de Distrito de Otsu dijo en una conclusión sin precedentes, que el acoso “fue lo suficientemente violento, insidioso e implacable como para crear un sentimiento de impotencia y hartazgo. Existió así una relación causal grande entre el acoso y el suicidio”.
El juez ordenó el pago de una indemnización solidaria de 37 millones de yenes entre los dos excompañeros.
En febrero de 2020, el Tribunal Superior de Osaka reconoció que hubo una causal de suicidio en el acto de hostigamiento y violencia en el que el niño era golpeado en la cara, pateado, humillado con cinta adhesiva en la boca, sus brazos atados a la espalda, entre otras vejaciones.
No obstante, decidió reducir el monto de la indemnización a unos 4 millones de yenes al considerar que “los padres del estudiante no pudieron apoyarlo psicológicamente”. El papá lo golpeaba y estaba separado de la madre.
La escuela llegó a un acuerdo económico con los padres en 2015. (International Press)
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