La Universidad de Kobe, en el centro de Japón, se ha embarcado en la aplicación práctica de la tecnología de prueba para detectar el cáncer de mama en las lágrimas. Solo bastaría que una persona recolecte sus propias lágrimas en casa y las envíe a un laboratorio para su análisis.
El objetivo es mejorar el promedio de consultas y una detección temprana del cáncer. La universidad se prepara para iniciar una investigación clínica a gran escala y en 2022 solicitar la aprobación de fabricación y comercialización de la prueba como un “agente de diagnóstico in vitro”, informó el diario Nikkei.
El test ha sido desarrollado por el profesor Toshifumi Takeuchi, especialista en materiales funcionales de la Escuela de Graduados de Ingeniería de la Universidad de Kobe. Él se centró en las partículas llamadas “exosomas” que son liberadas por todas las células y construyó un chip altamente sensible que mide las partículas del cáncer de mama.
Los exosomas también están contenidos en las lágrimas y se puede determinar la presencia o ausencia del cáncer de mama recogiéndolas en un papel de prueba para someterlo a un analizador automático.
La universidad evalúa también desarrollar tecnología de precisión para ir midiendo las lágrimas antes y después de la cirugía en pacientes con cáncer de mama.
Para cubrir parte del costo de la producción del equipo y los chips necesarios para la investigación clínica se solicitará una donación pública de 10 millones de yenes a mediados de abril.
La mamografía es la principal forma de detección del cáncer de mama, pero muchas mujeres dudan en ir al hospital debido a una apretada agenda de vida o por el dolor que supone la prueba, mientras que el número de muertes por esta enfermedad sigue aumentando en Japón, precisamente por el retraso en su detección a falta del examen.
Para el profesor Takeuchi, la prueba de la lágrima permitirá al usuario “manejar el riesgo” de cáncer de mama sin tener que ir al hospital, algo útil para una persona con vida diaria ajetreada y más aún en estos tiempos de coronavirus.
Se calcula que el costo de la prueba será de unos 5.000 yenes. (International Press)
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