La sección de Tachikawa del Tribunal de Distrito de Tokio condenó hoy a muerte a Takahiro Shiraishi, de 30 años, llamado el “asesino del Twitter” por el asesinato en serie de 9 personas que publicaron pensamientos suicidas en la red social en 2017.
El hombre asesinó, descuartizó y ocultó los cuerpos de sus víctimas en su apartamento en Zama, prefectura de Kanagawa, cerca a Tokio. El juez de la causa dijo que las 9 personas no consintieron ser asesinadas y que Shiraishi estaba mentalmente apto para ser considerado responsable por estas muertes.
Según Kyodo, el juez describió los crímenes como extremadamente viciosos y sostuvo que el caso ha dado a la sociedad un motivo de preocupación sobre cuán arraigadas se han vuelto las redes en la vida de las personas.
La discusión principal en el juicio fue si Shiraishi mató a las víctimas con su consentimiento.
Los fiscales habían solicitado la pena de muerte para él, quien se declaró culpable, aunque sus abogados habían argumentado que “solo era culpable” del cargo menor de homicidio con consentimiento, ya que tenía la aprobación tácita de las víctimas en los mensajes suicidas que le enviaron.
Basándose en el testimonio de Shiraishi, de que las víctimas se resistieron cuando fueron asesinadas, los fiscales afirmaron que no había forma de que las víctimas aceptaran que se les quitara la vida.
La defensa dijo que la resistencia de las víctimas era un “acto reflejo” condicionado por la fuerza ejercida y que Shiraishi posiblemente era mentalmente incompetente o estaba en estado de capacidad disminuida en el momento de los asesinatos.
El hombre fue sometido a cinco meses de pruebas psiquiátricas antes de que fuera acusado en septiembre de 2018.
Shiraishi estranguló y descuartizó a ocho mujeres y a un hombre entre 15 y 26 años de edad en Tokio y en otras 4 prefecturas entre agosto y octubre de 2017. También se alega que agredió sexualmente a todas sus víctimas femeninas después de ofrecerles ayuda para morir a través de Twitter. En la red social se hacía llamar “verdugo”.
Durante el proceso, Shiraishi dijo que incluso si le aplicaban la pena de muerte, no iba a apelar la sentencia. (Agencia)
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