En 2007, una mujer de un país del sur de Asia ingresó a Japón, huyendo de una persecución política. En 2009, recibió una orden de deportación por permanecer en el país de manera ilegal.
Desde entonces, la mujer, de 46 años, ha batallado sin éxito en los tribunales.
Ante los reveses, la asiática decidió en julio no luchar más en el ámbito judicial.
Además, el gobierno de Japón rechazó su solicitud para acogerse a la condición de refugiada.
Pese a tener aparentemente todo en contra, el gobierno de Japón decidió otorgarle un permiso especial para quedarse en el país.
La decisión, que revoca la orden de deportación, fue destacada como muy inusual por el abogado de la mujer debido a que esta no tiene familia en Japón, según Kyodo.
El gobierno de Japón otorga un permiso especial para permanecer en Japón a los extranjeros sujetos a deportación. Si bien no existen requisitos específicos para permitir que un extranjero se quede, a menudo se consideran aspectos familiares, como que esté casado con una persona de nacionalidad japonesa.
El permiso especial tiene una validez de hasta tres años y puede ser renovado.
La mujer, cuyo país de origen no se ha revelado, se declaró sorprendida y feliz por el fallo.
En 2019, Japón recibió 10.375 solicitudes de asilo. Solo aprobó 44. A 37 extranjeros cuyas solicitudes fueron rechazadas, les permitió quedarse. (International Press)
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