En 2017, el descubrimiento de que un hombre había asesinado y descuartizado a nueve personas de 15 a 26 años, ocho de ellas mujeres, conmocionó a la sociedad japonesa.
El miércoles se realizó la primera sesión del juicio en el Tribunal de Distrito de Tokio, donde el criminal, Takahiro Shiraishi, admitió todos los cargos contra él, revela Kyodo.
Shiraishi conoció a las víctimas a través de Twitter, donde ellas habían expresado pensamientos suicidas. El hombre las invitaba a su apato diciéndoles que las ayudaría a morir.
Su equipo de defensa legal, sin embargo, adoptó una postura diferente, alegando que el hombre de 29 años mató a las víctimas con su consentimiento, pues estas habían manifestado su deseo de morir.
Para sus abogados, Shiraishi es culpable del cargo menor de homicidio con consentimiento.
Asimismo, argumentaron que posiblemente su cliente era una persona mentalmente incompetente o su capacidad mental estaba disminuida cuando cometió los crímenes, motivo por el cual no debería ser considerado responsable penalmente.
El hombre fue sometido a pruebas psiquiátricas durante cinco meses, que concluyeron que puede ser considerado responsable penalmente. Los fiscales sostuvieron que Shiraishi cometió asesinatos “brutales”, haciendo hincapié en que violó y robó dinero a las mujeres que asesinó.
Shiraishi perpetró los crímenes entre agosto y octubre de 2017. Los restos de las víctimas estaban almacenados en su apato en la ciudad de Zama, prefectura de Kanagawa.
Fue descubierto cuando la policía llegó a su vivienda mientras investigaba la desaparición de una mujer de 23 años, que resultó ser una de las nueve víctimas.
El atroz caso motivó al gobierno de Japón a reforzar el apoyo a los jóvenes con tendencias o pensamientos suicidas.
El fallo se dictará el 15 de diciembre. (International Press)
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