Los dos únicos sobrevivientes del carguero de ganado “Gulf Liveston 1”, de bandera panameña, que el pasado 2 de septiembre se hundió atrapado por el tifón Nº9 en las aguas de Amami Oshima, en Kagoshima, narraron el horror que vivieron y cómo salvaron sus vidas.
La nave llevaba a bordo 5.800 vacas y 43 miembros de la tripulación cuando desapareció tras emitir una señal de emergencia.
Los guardacostas japoneses solo encontraron con vida al primer oficial Edward Sareno (44) y al marinero de cubierta, Janel Rosales (30). Una tercera persona fue encontrada flotando a la deriva, pero poco después de confirmó su muerte.
Antes de volver a su país, ambos contaron al diario Yomiuri el momento del desastre: “Salté al mar con un chaleco salvavidas y me agarré a un palet de 2 metros cuadrados. Estaba desesperado y no recuerdo el resto”, narró Sareno.
Rosales también recordó su milagroso salvamento: “Me aferré a una vaca que flotaba y luego nadé hacia una balsa salvavidas que apareció allí. Tenía miedo y no podía ni llorar cuando más quería hacerlo”.
Ambos agradecieron al personal médico, a la Agencia de Seguridad Marítima de Japón y todos quienes les ayudaron y cuidaron. “Es un sentimiento doloroso y complicado cuando pienso en mis amigos y familiares que aún no han sido encontrados”, manifestó Rosales.
EL BARCO SE AVERIÓ Y UNA OLA LO VOLCÓ
La tripulación incluía a 39 personas de Filipinas, 2 de Nueva Zelanda y 2 de Australia. En total, 40 de ellos siguen desaparecidos. La búsqueda se complicó porque tras el paso del tifón Nº9, el tifón Nº10 llegó casi de inmediato.
El “Gulf Liveston 1” había zarpado de Nueva Zelanda el 14 de agosto con destino a China y la travesía debía durar 17 días. Antes del amanecer del 2 de septiembre el motor del barco se averió y una gran ola provocó que volcara.
Toda la tripulación recibió la orden de ponerse el chaleco salvavidas. Sareno contó que tras ello saltó al mar y que no vio a ningún otro compañero hasta antes de ser rescatado.
Los equipos de rescate japoneses dijeron luego haber encontrado rastros de combustible flotando en la superficie del mar, una señal de que el barco se había hundido. (International Press)
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