Entre el 16 de enero y el 31 de mayo, la tasa de mortalidad por covid-19 en Japón fue de 5,8 %. Entre el 1 junio y el 19 de agosto, se situó en 0,9 %, según el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas. Una diferencia notable, de más de seis veces.
Incluso entre las personas de 70 años o más, la caída fue grande: de 24,5 % a 8,7 %.
¿Cómo se explica la diferencia en la tasa de mortalidad entre la primera y la segunda ola?
La razón principal, según Mainichi Shimbun, se debería a que durante la segunda ola se han ampliado las pruebas a más grupos de personas permitiendo la detección de más casos, entre ellos asintomáticos y personas con síntomas leves, quienes superan la enfermedad.
El virus se ha extendido entre jóvenes, que por lo general no desarrollan síntomas graves, y entre personas mayores, pero sin enfermedades preexistentes.
Por otro lado, si bien no existe una cura contra el covid-19, ahora, en Japón y el resto del mundo, el personal médico conoce mejor el virus que a comienzos del año, gracias a lo cual están más preparados para atender a los pacientes.
Finalmente, hay que mantener la cautela. Mainichi advirite de que aún no se ha hallado ninguna evidencia de que el virus se haya debilitado. (International Press)
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