En noviembre de 2018, una compañía de taxis en la ciudad de Osaka contrató como chofer regular a una mujer trans.
Las disputas surgieron cuando la taxista comenzó a trabajar maquillada.
“No puedes usar maquillaje porque eres un hombre”, le dijeron sus superiores. También: “No te vas a curar, estás enfermo. No te dejaremos conducir”. Y así fue: le impidieron trabajar.
Sin trabajo, la mujer decidió acudir a la justicia para exigir que la empresa le pagara 330 mil yenes mensuales (3.117 dólares) por el salario que había dejado de percibir.
El Tribunal de Distrito de Osaka falló a favor de la demandante y ordenó a la compañía que le pague mensualmente 180 mil yenes (1.700 dólares), informa Mainichi Shimbun.
El monto concedido es inferior al solicitado debido a que la pandemia de coronavirus ha recortado los ingresos de los taxistas.
El tribunal calificó como “deseo natural” que la taxista intente lucir como mujer y llevar una vida social como tal, motivo por el cual no se debe prohibir que se maquille.
Con respecto a la posición de la compañía de que el uso de maquillaje podría desalentar a los pasajeros de utilizar el servicio de taxi, el tribunal lo desestimó arguyendo que no se puede sostener que la mayoría de clientes sean personas intolerantes.
Por último, concluyó que la empresa no tiene ninguna buena razón para impedirle trabajar a la mujer trans.
La demandante de 60 años aún figura como hombre en su registro familiar.
La taxista ganaba entre 200 mil y 400 mil yenes más (alrededor de 1.900 / 3.800 dólares).
La disputa judicial aún no ha concluido, pues la mujer exige a la compañía una compensación por daños y perjuicios de dos millones de yenes (19 mil dólares). (International Press)
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