El presidente Vladimir Putin, anunció que Rusia se ha convertido en el primer país del mundo en aprobar una vacuna contra el COVID-19 después de menos de dos meses de pruebas en humanos, aunque sin completar las tres fases de los ensayos clínicos.
La falta de seguridad en la vacuna y la velocidad de su aprobación ha generado preocupación entre los expertos, aunque las farmacéuticas rusas han dicho que esperan empezar su producción en masa para finales de año.
Los analistas han dicho que el anuncio de Putin es sobre todo una acción de propaganda para presentar a Rusia «como el primero» e impedir a occidente adelantarse en la aprobación de la vacuna tan esperada por el mundo.
Rusia dijo que en principio ofrecerá a los trabajadores sanitarios que tratan a pacientes con COVID-19 presentarse como voluntarios para vacunarse en las próximas semanas.
La aprobación de la vacuna también allana el camino para la inoculación masiva de la población rusa y el gobierno espera que esto permita a la economía recuperar su capacidad plena.
Kirill Dmitriev, director del fondo soberano de riqueza de Rusia, elogió el desarrollo de la vacuna, que ha sido bautizada con el nombre de Sputnik V, y la comparó con el lanzamiento en 1957 de Sputnik 1, el primer satélite del mundo en la era la Unión Soviética.
Dmitriev informó que Rusia ha recibido solicitudes extranjeras de mil millones de dosis y que ha suscrito acuerdos internacionales para producir 500 millones de dosis anuales. La vacuna también se producirá en Brasil.
Dijo además que espera que los ensayos clínicos comiencen pronto en los Emiratos Árabes y Filipinas.
La agencia Reuters, dijo sólo un 10% de los ensayos clínicos tienen éxito, y la velocidad a la que Rusia se ha movido, aprobando la vacuna antes de terminar la etapa final de los ensayos ha preocupado a los científicos.
En una reunión de gobierno transmitida por la TV estatal, Putin desestimó las preocupaciones y dijo que la vacuna, desarrollada por el Instituto Gameleya de Moscú, era segura y que incluso había sido administrada a una de sus hijas.
La aprobación de la vacuna por parte del Ministerio de Salud ruso se produce antes del inicio del ensayo más grande que involucra a miles de participantes, comúnmente conocido como ensayo de Fase III.
Tales ensayos, que requieren una cierta tasa de participantes que contraen el virus para observar el efecto de la vacuna, normalmente se consideran esenciales para su aprobación regulatoria.
La Asociación de Organizaciones de Ensayos Clínicos (OTCA) con sede en Moscú, un organismo comercial que representa a los principales fabricantes de medicamentos del mundo en Rusia, instó esta semana al Ministerio de Salud a posponer la aprobación hasta que el ensayo final haya sido completado con éxito.
En una carta al ministerio ruso, OTCA advirtió que existía alto riesgo de que el registro del medicamento no se realice antes de que termine el proceso de ensayos de la vacuna.
En este momento se están desarrollando más de 100 vacunas contra el COVID-19 y al menos cuatro se encuentran en los ensayos finales en humanos en Fase III, según datos de la OMS. (Agencias/International Press)
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