Internet puede ser la guarida de lo peor de los seres humanos. Decir esto no es novedad, pero la afirmación se hace más notoria en estos tiempos de pandemia. En Japón, personas infectadas con el coronavirus han sido víctimas de insultos y ataques infundados en línea.
Yomiuri Shimbun informa del padecimiento que pasaron un hombre en la cuarentena y su hijo adolescente en la región de Tokai.
El chico vive en una prefectura vecina a la de su padre, y en abril, estando en su casa de visita, desarrolló fiebre y más adelante se detectó que estaba infectado.
El gobierno local hizo público que el chico estaba infectado, pero sin revelar su identidad. Los ataques no tardaron en llegar.
«¿Quién es la estúpida persona infectada?», escribió un usuario de redes sociales.
La cacería se desató. El adolescente y su padre fueron identificados en internet, y sobre ellos recayeron mensajes como “bioterrorista” y «espero que desaparezcan del mundo».
Los haters también publicaron rumores falsos, por ejemplo que el chico iba todos los días a una sala de pachinko o que fue visto en un supermercado.
Hasta averiguaron el número telefónico de la casa familiar, en el que dejaron este mensaje: «No traigas el coronavirus. ¡Vete!».
Los parientes del chico se convirtieron en apestados. Aunque no se contagiaron, se les pedía no ir al supermercado o la peluquería que frecuentaban. Al no poder salir, tuvieron que pedir a allegados que les llevaran alimentos.
El padre del chico confiesa a Yomiuri: «Tenía más miedo a las personas que al virus invisible».
OTROS CASOS
“Su familia merece ser eliminada”, fue el mensaje en línea que se publicó en mayo en alusión a una mujer residente en Tokio que contrajo el virus en su natal Yamanashi, adonde había viajado.
En la prefectura de Iwate, donde se reportó el primer caso de coronavirus el 29 de julio, la compañía donde trabaja el hombre infectado recibió más de 100 llamadas y correos electrónicos durante dos días después de que la empresa reveló en su sitio web que un empleado estaba infectado. En algunos de los mensajes se pedía el despido del hombre. (International Press)
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