Durante el periodo de Obon, a mediados de agosto, muchos japoneses retornan a sus tierras natales para visitar a sus padres y honrar los espíritus de sus ancestros.
En este anormal año, la festividad anual puede propagar el coronavirus en una coyuntura marcada por una nueva ola de infecciones en Japón.
La situación es particularmente riesgosa considerando que una visita a unos ancianos padres puede poner sus vidas en peligro si los hijos, sin saberlo, transportan el virus.
Por ello, el gobierno de Japón, si bien no solicitará a la gente que se abstenga de viajar, sí ha pedido que extreme precauciones.
El ministro de Revitalización Económica, a cargo de las acciones contra el coronavirus, Yasutoshi Nishimura, instó a los residentes a pensarlo dos veces antes de visitar sus lugares de origen, informó Asahi Shimbun.
Nishimura subrayó que la decisión de visitar a los padres durante el Obon debe ser pensada “cuidadosamente”.
Reunirse a comer con personas mayores sin tomar medidas de precaución las «pondrá en riesgo de contraer el virus de los jóvenes que son asintomáticos», advirtió.
El ministro no expresó su oposición al hecho de que las personas visiten a sus padres, pero recalcó que si lo hacen el coronavirus puede expandirse. (International Press)
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