Las bases militares estadounidenses en la prefectura de Okinawa son una fuente de propagación del coronavirus. El gobernador okinawense, Denny Tamaki, expresó públicamente su indignación y preocupación por la alarmante subida de casos entre el personal militar estadounidense.
En un periodo de seis días, se han registrado 62 nuevas infecciones en instalaciones militares como la base de Futenma.
Tamaki calificó como “extremadamente lamentable” la propagación del virus considerando que el gobierno local y los residentes “han estado trabajando juntos para prevenir nuevas infecciones».
En declaraciones recogidas por Asahi Shimbun, Tamaki criticó a las fuerzas militares de Estados Unidos y dijo que dudaba de que estas hubieran tomado las medidas adecuadas para atajar la expansión del coronavirus.
A la indignación y la inquietud se suma la frustración, pues EE. UU. se niega a revelar detalles sobre las personas infectadas e, incluso, en primera instancia solicitó a las autoridades de Okinawa que no divulgaran la información sobre los contagios.
El gobierno de Okinawa teme que debido a que en las bases trabajan residentes y a las visitas de gente local a las instalaciones por negocios, los okinawenses se hubieran expuesto al contagio del virus.
El aumento de casos entre el personal militar estadounidense no resultó una sorpresa para las autoridades y residentes okinawenses, pues en las bases hubo celebraciones por el 4 de julio con miles de personas.
Además, una preocupada residente contó a Asahi que ha visto a muchos soldados estadounidenses caminando por la calle sin mascarillas. (International Press)
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