Japón ha levantado el estado de emergencia contra el coronavirus en solo mes y medio desde su aplicación. Inmediatamente, el primer ministro Shinzo Abe ha destacado el “poder del modelo japonés” contra el virus.
No obstante, expertos japoneses y parte de la sociedad, han expresado su confunción y dudas sobre el exitoso modelo nipón. “¿Realmente funcionaron las medidas contra el coronavirus en Japón?”, se ha preguntado el Nikkei, el influyente diario económico.
Uno de los miembros de la “Asociación de expertos sobre coronavirus”, que junta a profesionales independientes, como virólogos y médicos especializados en enfermedades infecciosas, ha reflejado en una frase la desconfianza sobre las medidas del gobierno.
“El número de infectados ha disminuido, parece que se ha contenido el virus, pero no sabemos qué ha funcionado”, sostuvo la asociación.
Con el fin del estado de emergencia, Japón busca un reconocimiento internacional entre exitosos modelos contra el virus como el taiwanés, el coreano y el alemán.
Pero el mundo ha reconocido que Taiwán hizo un buen uso de la tecnología de la información, Corea del Sur controló la infección con miles de pruebas y seguimientos exhaustivos, mientras que Alemania aplicó una estrategia gubernamental racional y un potente sistema médico. El mundo quiere imitar esos modelos.
Si observamos los datos, la cantidad de personas infectadas y de muertos, Japón no está lejos de esos países. Sin embargo, no se escuchan elogios internacionales al “modelo japonés”.
Para los expertos independientes, la falta de reconocimiento para Japón se debe a “la falta de racionalidad y coherencia” en los datos revelados. Tampoco se puede comprender una disposición tan contradictoria como “solicitud de autocontrol”. Es algo difícil de ser imitado.
LA TEORÍA DEL 80% ES DÉBIL
En el análisis también se ha cuestionado el objetivo de llegar al “80% para salir de medidas de restricción”. En un inicio se trataba de un objetivo numérico para reducir el «contacto» entre personas, pero repentinamente cambio a reducir el «número» de personas en áreas urbanas como las estaciones de tren y áreas del centro metropolitano.
“No es lo mismo reducir el número de personas que reducir el contacto entre personas. En primer lugar, no existe un modelo que demuestre cuantitativamente cómo reducir las oportunidades de contacto”, dijo el Nikkei.
Los expertos japoneses están pidiendo una verificación adecuada de la teoría del “80%” porque consideran que tiene una base científica bastante débil.
SIN DATOS HAY ESPECULACIÓN POLÍTICA
El tema de los test de coronavirus también es punto de reflexión y crítica. “El número de pruebas realizadas no ha sido suficiente y puede que no refleje correctamente la situación de la infección en Japón”, según los analistas locales.
Sin pruebas que demuestren la cantidad real de infectados, como sí ha ocurrido en otras estrategias del mundo, Japón estableció un estándar basado en el nivel de infectados, sistema médico y sistema de vigilancia.
“Esto suena bien, pero deja mucho espacio para las emociones y la especulación política. Se están descuidando los datos”, afirmaron.
Y finalmente, hay una llamada de atención al papel del comité de expertos del gobierno. Su papel es asesorar a las autoridades desde un punto de vista médico y no formular políticas.
“A veces el Primer Ministro parece un vocero del comité de expertos”, escribieron los japoneses en las redes sociales para llamar la atención sobre el rol de dicho comité y sobre la cómoda posición de Shinzo Abe y su administración para no asumir responsabilidades. Hábilmente fueron utilizando la autoridad de los expertos para justificar sus acciones.
Entre tanto, mientras se espera el desenlace de la segunda ola de la infección, se está demandando al gobierno japonés analizar y aclarar con pruebas reales y adecuadas cuál fue el “factor ganador” que llevó a tener tan bajos números de infectados y muertos en la primera ola de la pandemia de COVID-19. (Resumen International Press)
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