El primer ministro, Shinzo Abe, dijo este sábado que Japón prepara un paquete de estímulo económico «más audaz» que incluye entregar dinero en efectivo a los hogares en dificultades para hacer frente al impacto negativo de un prolongado brote de coronavirus.
Pese al creciente número de casos de coronavirus en el país, Abe volvió a decir que no es momento para una declaración de emergencia.
“El tamaño del estímulo será mayor al paquete de emergencia de 56.8 billones de yenes (US$ 526 mil millones) que Japón ejecutó tras el colapso de Lehman Brothers en 2008”, dijo Abe en una conferencia de prensa. El gobierno elabora un presupuesto adicional para el año fiscal 2020 para financiar el paquete y presentarlo al parlamento dentro de 10 días.
«Elaboraremos el paquete más audaz utilizando todas las herramientas políticas, como reducir o eximir los pagos de impuestos y extender la asistencia financiera», aseguró el Primer Ministro.
Sobre la entrega de dinero en efectivo, reconoció que las «pequeñas y medianas empresas, los autónomos, empresarios individuales y muchas personas que están muy preocupados por la vida diaria. Quiero hacer esos pagos en efectivo para que vivan o mantengan sus vidas».
Además, puso énfasis en la escala global de las medidas económicas: «El último acuerdo de la cumbre del G20 es que el mundo cooperará e implementará políticas económicas y fiscales fuertes. Coordinaremos medidas sin precedentes y superiores al Lehman Shock».
NO HABRÁ DECLARACIÓN DE EMERGENCIA
Mientras los nuevos casos del virus siguen aumentando, el mandatario japonés volvió a decir que no es momento para declarar un estado de emergencia para detener el avance del virus.
«En este punto, no estamos en una situación como para declarar un estado de emergencia, aunque todavía estamos enfrentando un momento crítico», dijo Abe.
Tampoco arriesgó a dar una estimación de más continuará la crisis del coronavirus. «En este momento, ningún líder mundial puede responder cuándo terminará la lucha contra el coronavirus. Desafortunadamente, yo tampoco puedo”.
Abe sí fue claro al manifestar que la población “necesita prepararse para una batalla contra el coronavirus que podría prolongarse”.
“En el último mes, muchas personas pueden haber sentido estrés o fatiga por las medidas de autocontrol. Pero no es de extrañar que la infección se propague tan pronto nos relajemos. La población tiene que estar preparada para una larga batalla”.
La tranquilidad del Primer Ministro japonés fue un contraste notorio con la sensación de crisis e inminente disparada de casos del virus que transmitieron los gobernadores de Tokio, Kanagawa, Chiba y Saitama para pedirle a su población quedarse en casa este fin de semana.
“No es una medida obligatoria, sino una solicitud e instrucción del gobernador, y debemos cooperar en eso”, manifestó Abe.
Además, se defendió de las sospechas de que Japón manipula el número de infectados haciendo pocas pruebas del virus. «Casi todos los días le pido al Ministerio de Salud que las pruebas se han cuando un médico las considere necesarias».
Al mismo tiempo, afirmó que Japón usará los conocimientos del mundo para acelerar el desarrollo de terapias y vacunas con el fin de resolver “esta ansiedad” lo antes posible, y que apoyará firmemente la investigación y el desarrollo por parte de universidades y empresas privadas. (International Press)
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