El elevado número de accidentes automovilísticos causados por conductores de avanzada edad en Japón ha impulsado a las autoridades a promover la devolución voluntaria de las licencias de conducir.
La idea es que los ancianos cuya capacidad de conducción se ha deteriorado dejen de manejar vehículos para impedir que cometan un error (como confundir el acelerador con el freno) que provoque un accidente.
La iniciativa está rindiendo dividendos. En 2019, un máximo histórico de 601.022 personas devolvieron voluntariamente sus permisos de conducir, revela Yomiuri Shimbun, tomando como fuente a la Agencia Nacional de Policía de Japón.
El aumento con respecto a 2018 fue de 42,7 %.
El 58,3 % de las personas que entregaron sus licencias tenía 75 años o más. El incremento fue de 20 % interanual.
Lo particularmente llamativo de las cifras es el fuerte aumento de devolución de licencias entre conductores menores de 75 años: 1,9 veces más que el año previo.
La muerte de una mujer y su pequeña hija por culpa de un conductor de 88 años en abril de 2019 en Tokio causó un profundo impacto en la sociedad japonesa, llamando la atención sobre la importancia de la seguridad vial.
Hasta fines del año pasado, aproximadamente 5,83 millones de personas de 75 años o más tenían permisos de conducir en Japón. (International Press)
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