Nueve años después del Gran Terremoto y Tsunami de Tohoku y del accidente en la Central Nuclear de Fukushima, casi 48.000 personas, en su mayoría residentes de varias ciudades de Fukushima, aun siguen en condición de evacuadas. Los damnificados aún no han podido recuperar su estilo de vida ni su economía y las ciudades sienten los efectos de la despoblación.
A las 14:46 horas del 11 de marzo de 2011, un gran terremoto de 9.0 grados de magnitud golpeó la costa Pacífico de la región de Tohoku, provocando un tsunami con varias olas de más de 10 metros de altura.
Hasta el 1 de marzo, los desastres habían dejado 15.899 personas muertas y 2.529 desaparecidas, sobre todo entre las prefecturas de Fukushima, Miyagi e Iwate.
Unas 3.700 personas murieron por causas “relacionadas al terremoto” como enfermedades o casos derivados del estrés. Casi una cuarta parte de ellos eran personas con discapacidad, según una encuesta de Kyodo News.
Este año apenas si se han programado ceremonias de conmemoración a causa de la epidemia de coronavirus. Muchos municipios en las prefecturas más afectadas como Fukushima, Iwate y Miyagi han cancelado o pospuesto sus ceremonias, aunque han levantado altares donde las personas están dejando flores desde tempranas horas de hoy.
La mayor cantidad de las 47.737 personas que aún se encuentran desplazadas y repartidas por todo el país, es a causa del accidente nuclear, el peor desastre de su tipo en el mundo desde Chernobyl, Rusia, en 1986.
RECONSTRUCCIÓN? «PEOR DE LO ESPERADO»
Pero con los evacuados de Fukushima hay otro problema en región: el aumento de la despoblación. Según datos de gobiernos locales, en 26 de los 42 municipios que más sufrieron por el desastre, la población ha caído en 10% respecto a antes del Gran Terremoto.
Pese a los avances en la reconstrucción, que muestra que el 90% de inmuebles destruidos por el sismo y tsunami habían sido reconstruidos, la población no ha sentido una recuperación en su estilo de vida y economía.
Una encuesta de NHK entre damnificados de Fukushima, Miyagi e Iwate sobre el estado actual de reconstrucción dijo que el 49% la consideraba «peor de lo esperado». Solo menos del 10% sentía que la economía de sus pueblos se había recuperado.
VIVIR AJUSTADO Y MORIR SOLO
Un informe reveló además que las familias sufren para llegar a mes por el aumento sistemático del costo de vida y los tributos, sobre todo en el campo de la vivienda donde los precios de alquiler, incluso de viviendas pública, han subido sustancialmente mientras el salario no ha tenido ninguna mejora.
Otra encuesta realizada por Kyodo encontró que al menos 242 residentes de viviendas públicas en las tres prefecturas habían muerto solos, lo que revela la necesidad de desarrollar redes para apoyar a los residentes mayores y evitar que se aíslen.
Los mayores de 65 años viven solos en aproximadamente el 30 por ciento de las viviendas públicas.
Entre tanto, la semana pasada, el gobierno japonés aprobó un proyecto de ley que extenderá la vida de la Agencia de Reconstrucción hasta 2031, una década más de lo planeado inicialmente.
También se han planteado dudas sobre si Japón puede cumplir con su calendario para desmantelar la planta de energía nuclear paralizada, operada por Tokyo Electric Power Company Holdings Inc.
En diciembre, Japón decidió retrasar la eliminación del combustible gastado de los reactores. 1 y 2 de la planta hasta cinco años hasta marzo de 2029. (International Press)
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