El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, comenzó la semana enfrentando los cuestionamientos de la oposición en la Dieta por su sorpresiva petición de cerrar todas las escuelas del país para contener el nuevo coronavirus.
Abe admitió en el Parlamento que tomó la decisión sin consultar con expertos en enfermedades infecciosas, informó Asahi Shimbun.
Sin embargo, el primer ministro hizo notar que algunos gobiernos locales, como los de Hokkaido e Ichikawa (prefectura de Chiba), ya habían decidido cerrar las escuelas en sus jurisdicciones.
«Tomé la decisión bajo mi responsabilidad porque no teníamos el lujo de tomarnos tiempo», enfatizó.
El anuncio no solo ha sido criticado por expertos médicos, quienes sostienen que no tiene fundamento científico, sino también por especialistas del sector educativo.
La Sociedad para la Planificación de la Educación Pública, compuesta por profesores de escuelas y universidades, dijo que los gobiernos locales deberían tener la facultad de tomar decisiones independientes sobre el cierre de las escuelas en sus respectivos territorios.
La organización manifestó que anunciar una medida con un impacto tan grande (que afecta a unos 13 millones de alumnos, además de padres, maestros, etc.), sin establecer medidas específicas para hacer frente a sus consecuencias, fue una “actuación política”. (International Press)
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