El año pasado, alrededor de 4.700 extranjeros que habían ingresado con visado de estudiante a Japón permanecían de manera ilegal en el país, un 70 % más que cuatro años antes.
Las autoridades japonesas quieren evitar que los extranjeros utilicen la visa de estudiante como instrumento para entrar a Japón y trabajar en él, su verdadero propósito.
Una de las medidas que planea aplicar Japón desde abril es ampliar en diez veces el número de países a cuyos ciudadanos que solicitan permiso legal para estudiar exigen requisitos más estrictos que al resto, revela el diario Nikkei.
Actualmente, los estudiantes de siete países (China, Vietnam, Nepal, Sri Lanka, Myanmar, Bangladesh y Mongolia) deben presentar una serie de documentos para acceder a la visa de estudiante en Japón, entre ellos un diploma que acredite el más alto nivel académico del solicitante, un registro del saldo contable del familiar que pagará por sus gastos básicos en Japón y un documento oficial que pruebe el parentesco entre el solicitante y el familiar.
Japón decidió ser más exhaustivo en el control de los ciudadanos de los siete países debido a que muchos se quedan de manera ilegal.
Sin embargo, las autoridades japonesas han detectado numerosos casos de estudiantes de otros países, aparte de los siete mencionados, que permanecen en Japón más allá del plazo establecido por su visa, motivo por el cual ampliará el alcance de los países afectados.
Los vietnamitas representan el mayor número de casos de permanencia ilegal (3.065), seguidos por los chinos (1.074) y los surcoreanos (148). (International Press)
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