Naoko Nakamura, viuda de Tetsu Nakamura, el médico asesinado en Afganistán el miércoles, era consciente de que su esposo podía ser víctima de la violencia que afecta al país.
“Rezaba para que nunca llegara un día como hoy», dijo Naoko a los medios en su casa en la prefectura de Fukuoka, informó Kyodo.
La mujer contó que no quería que su esposo trabajara lejos de casa. Sin embargo, él era muy devoto, añadió, refiriéndose a la labor humanitaria que hacía.
«Estoy llena de tristeza. Estoy decepcionada”, manifestó.
Por su parte, el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, expresó su conmoción por la muerte del médico y destacó sus “significativos logros a riesgo de su vida».
Nakamura y cinco personas más fueron atacados por hombres armados mientras se desplazaban en un vehículo hacia una obra de irrigación.
El médico de 73 años recibió un disparto en el pecho y estaba consciente cuando fue llevado a un hospital. Nakamura murió mientras era transportado desde un hospital a un aeródromo para recibir tratamiento más especializado.
Nadie se ha atribuido el ataque. El grupo armado Talibán negó su implicación. A través de Twitter, dijo que el médico japonés, que contribuyó a reconstruir Afganistán, nunca fue un objetivo militar.
Nakamura dirigía la organización humanitaria Peshawar-kai, creada en 1983 para proporcionar atención médica en Pakistán, según la NHK. A fines de la década de 1980, comenzó a trabajar en Afganistán, donde, después de una grave sequía, contribuyó a mejorar la industria agrícola a través de la construcción de sistemas de riego.
Un portavoz de la organización japonesa dijo que de ninguna abandonarán el proyecto de mejora del riego en Afganistán al que Nakamura se dedicó durante mucho tiempo para combatir la desnutrición. (International Press)
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