El caso del conductor de 88 años, Kozo Iizuka, está en manos de la fiscalía que debe decidir si lo acusa.
El trágico hecho conmocionó a la sociedad japonesa y puso nuevamente el foco sobre los conductores de avanzada edad que causan accidentes.
El accidente creó mayor conciencia sobre la seguridad vial y eso se refleja en el hecho de que entre abril y octubre de este año, 42.252 personas devolvieron voluntariamente sus licencias de conducir en Tokio, un notable aumento de 80 % con respecto al mismo periodo de 2018.
Entre enero y octubre, 53.690 conductores decidieron entregar de manera voluntaria sus permisos para no manejar más.
Del total, aproximadamente el 90 % tiene 65 años o más, detalló Kyodo.
El año pasado, hubo 460 accidentes de tránsito mortales provocados por conductores de 75 años o más en todo Japón, equivalentes al 14,8 % (un máximo histórico) del total.
Las autoridades en Japón están incentivando a los ancianos a devolver voluntariamente sus licencias de conducir, así como implementando medidas como la mejora del transporte público y la promoción del uso compartido de taxis para que desistan de manejar.
Asimismo, se está fomentando el desarrollo de coches con avanzados sistemas de seguridad para prevenir que conductores que confunden el freno con el acelerador causen accidentes. (International Press)
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