Un empleador en Japón no puede tener en su poder los pasaportes de sus aprendices extranjeros. Es ilegal. Sin embargo, la ley no ampara al resto de extranjeros que trabajan en Japón. Apenas hay directrices del Ministerio de Trabajo que recomiendan a las empresas no quedarse con los pasaportes de sus trabajadores.
Ese vacío legal está perjudicando a una mujer filipina que exige que la empresa para la cual trabajó le devuelva su pasaporte. Lo llamativo del caso es que el exempleador que comete el atropello es una firma legal relacionada con asuntos de inmigración: Oficina de Abogados de Inmigración Advanceconsul.
Sin su pasaporte, la mujer no puede conseguir un nuevo trabajo ni retornar a su país, advierte Kyodo.
La filipina, que trabajó en el estudio jurídico como intérprete, también denuncia que le adeudan parte de su salario.
La mujer firmó un contrato con Advanceconsul que faculta a la firma a quedarse con el pasaporte. Para recuperarlo, la intérprete debe realizar una solicitud por escrito.
La filipina dejó de trabajar en la oficina de abogados en julio y desde entonces esta no ha respondido a las solicitudes de devolución del pasaporte. La firma, con sede en la prefectura de Kanagawa, se niega a reconocer la renuncia de la mujer.
Esta práctica no se limita a la filipina, pues Advanceconsul se rehúsa a devolver sus pasaportes a otros trabajadores extranjeros.
En septiembre, el comité laboral de Kanagawa calificó como “injusta” la práctica de la firma. Sin embargo, como se mencionó al comienzo, no existe ley para castigar a las empleadores que lo hacen.
Kyodo buscó la versión de Advanceconsul, pero esta se negó a responder.
Yoshihisa Saito, profesor universitario y especialista en normas laborales, sostuvo que las políticas de Japón para proteger a los trabajadores extranjeros son “débiles”. A su juicio, el gobierno debería prohibir que los empleadores se queden con los pasaportes de su personal extranjero. (International Press)
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