Las personas que usan escaleras mecánicas en Japón pueden dividirse en dos: las que están quietas y las que caminan. Las primeras se ponen a un lado para dejarle el paso a quienes están apurados.
Muchas organizaciones, desde compañías de tren hasta la Asociación de Terapia Física de Tokio, quieren ponerle fin a esta vieja costumbre, profundamente enraizada en el país, por motivos de seguridad, revela Kyodo.
No es un asunto menor. De acuerdo con cifras del Departamento de Bomberos de Tokio, entre 2012 y 2016 aproximadamente 1.400 personas por año fueron llevadas a hospitales por accidentes relacionados con escaleras mecánicas.
Los impulsores de las campañas para acabar con la práctica buscan que las personas que utilizan las escaleras permanezcan quietas. Las escaleras han sido creadas para subir o bajar a los usuarios, no para que estos caminen en ellas.
Con la iniciativa también se persigue que las personas con discapacidad puedan utilizarlas con tranquilidad. A veces, las personas con discapacidad visual que se desplazan con un perro guía o un ayudante son empujadas por gente apurada o reciben señales de desagrado (como chasquidos de lengua) por bloquear el camino.
La Federación de Ciegos de Japón, a través de su presidente, dice que entiende que la gente esté apresurada, pero pide paciencia.
Los ancianos también son personas vulnerables: más de 60 % de quienes sufrieron accidentes en 2016 tenían 65 años o más.
La Asociación de Terapia Física de Tokio organiza talleres sobre etiqueta en escaleras mecánicas con el objetivo de que la gente deje de caminar en ellas antes de que se inauguren los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio 2020, cuando la capital japonesa se llenará de visitantes para asistir a las competiciones deportivas.
Mientras tanto, las compañías de tren realizan todos los años campañas para que los viajeros utilicen las escaleras sin caminar y agarrándose a la barandilla por seguridad. (International Press)
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