Los padres solteros en Japón reciben apoyo del Estado. El monto mensual depende del número de hijos y sus ingresos.
Por ejemplo, si ganan 3,65 millones de yenes (34.400 dólares) o más al año no son elegibles para el subsidio.
Otro ejemplo: un padre o madre cuyo ingresos no superan los 1,6 millones de yenes (15.080 dólares) anuales y tiene un hijo recibe al mes 42.910 yenes (404,4 dólares).
Ahora bien, el hecho de ser padre soltero y tener bajos ingresos no significa automáticamente que una persona califique para recibir la ayuda pública. Si convive con una pareja no es elegible.
El problema es que el gobierno de Japón no establece claramente qué constituye una pareja de facto.
Para el gobierno, una persona que no vive con su novio o novia, pero lo visita regularmente y recibe ayuda financiera de él o ella, también cae dentro de lo que considera pareja de facto. Eso implica que no es elegible para recibir el subidio.
El problema, subraya Asahi Shimbun, es que el gobierno no especifica cuántas visitas considera como «regularmente» ni el monto del apoyo financiero para establecer si una persona califica como beneficiaria.
¿Cuál es la consecuencia de esta imprecisión? Que cada gobierno local determina a su discreción si una persona tiene una pareja de facto, con lo cual no tiene derecho a la ayuda pública.
Para averiguarlo, algunas personas deben responder incómodas preguntas de índole personal. Como una mujer de 41 años que reside en la región de Tokai, madre de dos estudiantes de secundaria.
La madre comenzó a recibir el subsidio hace seis años, cuando se divorció. Ahora vive en la casa de sus padres y hace dos trabajos: como ingeniera de sistemas y en un restaurante dos noches a la semana.
Cada año tiene que renovar su solicitud de subsidio, lo que significa responder preguntas como esta: “¿Visita regularmente la casa de alguien del sexo opuesto?».
En declaraciones a Asahi, la mujer dice: «¿De verdad tienen que hacer preguntas tan personales? Se siente como si me castigaran por ser madre soltera».
Además, la mujer tiene que avisar a las autoridades si se queda embarazada.
Los municipios que se inmiscuyen en la vida personal de los solicitantes se defienden diciendo que tienen que hacerlo para evitar que se abuse de la ayuda pública.
El municipio de la ciudad de Shibukawa, en la prefectura de Gunma, pregunta a los solicitantes no solo si tienen pareja, sino también con qué frecuencia comen o pasan la noche juntos.
Algunos llegan a extremos insólitos, como un empleado del municipio de la ciudad de Takamatsu, en la prefectura de Kagawa, que una noche visitó la casa de una madre soltera y tomó fotos de la ropa de su armario para verificar si pertenecía al exesposo de la mujer.
El funcionario dijo que hizo las fotos con el consentimiento de la mujer. Sin embargo, está se deprimió tras el incidente y se ausentó por un tiempo del trabajo. (International Press)
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