Como cada año, los familiares de las personas que murieron en el accidente de aviación más mortífero de la historia se reunieron en el sitio de la tragedia para orar por los fallecidos.
520 personas murieron después de que un avión de Japan Airlines se estrelló contra una montaña en la prefectura de Gunma. El accidente ocurrió el 12 de agosto de 1985, 40 minutos después de que la aeronave despegó de Tokio con destino a Osaka.
En la ceremonia llevada a cabo en la montaña estuvo presente el presidente de JAL, Yuji Akasaka, quien hizo un mea culpa por los incidentes relacionados con el alcohol protagonizados por personal de su compañía y que ponen en duda su reputación en materia de seguridad a propósito del accidente de 1985.
«La gente puede pensar ‘¿qué está haciendo JAL? ¿Olvidó el accidente?», dijo en declaraciones recogidas por Kyodo. Akasaka confesó que se sintió culpable mientras escalaba la montaña y que redoblaran sus esfuerzos para cambiar la mentalidad de sus trabajadores.
Akasaka dejó flores en el monumento construido en la montaña para recordar a las víctimas.
Masayoshi Yamamoto, un hombre de 39 años que perdió a su padre en el accidente, dijo que JAL debería recordar y extraer lecciones de la tragedia.
Por su parte, Toru Izutani, un hombre de 60 años que perdió a su hermana, dijo que acudió al sitio del accidente para contarle que tiene un nieto, nacido en mayo.
Izutani declaró que ha tratado de vivir lo mejor que ha podido en recuerdo de su hermana.
Solo cuatro personas sobrevivieron al accidente.
En 1987, el gobierno de Japón determinó tras una investigación que el accidente fue causado por unas reparaciones defectuosas realizadas por el fabricante del avión, Boeing, en 1978, y que hubo responsabilidad por parte de JAL por no detectar el fallo en sus revisiones de mantenimiento. (International Press)
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