Varios pueblos de Hokkaido tienen una alta proporción de población extranjera durante los inviernos. Sus populares estaciones de esquí atraen a extranjeros que se instalan en estos lugares para trabajar en la industria hotelera.
Sin embargo, la convivencia entre los residentes japoneses y extranjeros es difícil, revela Kyodo.
En Kutchan, los extranjeros representan más del 10 % de la población durante las temporadas de invierno. Su número crece año a año desde 2014. En enero de este año, 2.048 extranjeros estaban registrados como residentes, aproximadamente el 12 %. Un récord.
Muchos japoneses oriundos del pueblo se quejan de cómo los extranjeros botan la basura o la manera en que conducen coches. Creen que sus modales son malos.
Las autoridades locales han distribuido información en inglés sobre cómo clasificar la basura, pero los resultados no han sido satisfactorios.
Un australiano de 39 años que trabaja en una tienda en Kutchan dice que en su tierra natal solo se separa la basura en dos tipos.
La disconformidad no solo proviene de los japoneses. El mismo australiano afirma que las cosas son difíciles para los extranjeros, haciendo notar que los documentos en los bancos y las oficinas de correos están en su mayoría en japonés.
En Niseko, otro pueblo de Hokkaido donde los extranjeros representan alrededor del 10 % de la población total, un australiano de 49 años propietario de un hospedaje cuenta a Kyodo los inconvenientes por los que atravesó después del terremoto en Hokkaido el año pasado debido a que toda la información sobre el sismo -como la ubicación de los centros de evacuación- estaba únicamente disponible en japonés.
Para acortar las barreras del idioma, el australiano está estudiando japonés.
Las autoridades locales también están haciendo lo suyo, contratando a personal japonés con dominio del inglés, y considerando la implementación de un sistema multilingüe mediante las redes sociales.
Otro factor que afecta la convivencia entre japoneses y extranjeros es la poca interacción entre ambos grupos humanos.
En la aldea de Shimukappu, donde los residentes extranjeros constituyen aproximadamente el 28 % de la población, la interacción es casi inexistente.
Los extranjeros rara vez se alejan de las zonas donde están los hoteles. Un nepalí que trabaja en un hotel dice que solo se comunica con japoneses que trabajan con él.
Los residentes japoneses no parecen muy interesados en relacionarse con los extranjeros. Un portavoz de la comunidad asegura que “no se puede evitar” que no haya contactos entre unos y otros. (International Press)
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