El 1 de febrero, una tienda de Seven-Eleven en Osaka decidió poner fin a su servicio de 24 horas y cerrar entre 1 a. m. y 6 a. m. La propietaria de la franquicia está presionando al local de Osaka para que reanude la atención las 24 horas al día, pero la situación es difícil: falta mano de obra. Y no solo en esta cadena de tiendas de conveniencia, sino en todo Japón.
La atención las 24 horas del día es uno de los distintivos de las cadenas de tiendas de conveniencia en Japón. Seven-Eleven inició el servicio en un local en la prefectura de Fukushima en 1975. Sus rivales, como Lawson y FamilyMart, decidieron seguir sus pasos.
Más del 90 % de las más de 55.000 konbini que existen en Japón abren las 24 horas, un servicio que, más allá de lo estrictamente empresarial, cumple una función social en el país asiático como parte de la vida cotidiana de sus habitantes, y como abastecedor de productos de primera necesidad en situaciones de desastre.
Sin embargo, en los últimos años muchas tiendas han tenido dificultades para mantener el servicio debido a la escasez de trabajadores, advierte Jiji Press.
«En los últimos tres o cuatro años, más y más tiendas se han visto obligadas a cerrar debido a la falta de trabajadores, no por falta de ventas», dice un dirigente sindical relacionado con el sector.
Ante la gravedad de la situación, las grandes cadenas no han tenido más opción que retroceder. Lawson ha permitido que algunos de sus locales no abran en las madrugadas, mientras que FamilyMart está probando horarios de operación más cortos en Kioto.
No obstante, las cadenas están actuando con cautela, pues si acceden con demasiada facilidad a las solicitudes de no atender las 24 horas del día es posible que tengan que lidiar con un aluvión de demandas del mismo tipo.
Las tiendas de conveniencia emplean a un gran número de estudiantes extranjeros, pero ni con ellos alcanza. La industria necesita más trabajadores. (International Press)
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