“El gobierno de Japón pone en riesgo la democracia al ignorar el voto de Okinawa”. Así se títula un editorial en el que Asahi Shimbun critica al gobierno del primer ministro Shinzo Abe por su actitud con respecto los okinawenses.
Un día después de que más del 70 % de residentes de Okinawa expresó en un referéndum su rechazo a la construcción de una nueva base militar estadounidense en el distrito de Henoko, en sustitución de la de Futenma, ubicada en una zona residencial en la ciudad de Ginowan, las obras continuaron normalmente.
Aunque Abe dijo que toma la votación con seriedad, enfatizó que el plan para mudar la base seguirá adelante, “sin una pizca de consideración por los resultados del referéndum”, según Asahi, para el que esa supuesta “seriedad” en verdad “suena hueco”.
Abe aseguró que la construcción de la nueva base es fundamental para eliminar los riesgos que supone Futenma y que el plan, fruto de un acuerdo entre Japón y Estados Unidos hace más de veinte años, no puede continuar aplazándose.
Asahi responsabiliza al gobierno de Japón por imponer a los okinawenses las opciones de Futenma o Henoko, desconociendo el propósito original del acuerdo bilateral, que era reducir la carga excesiva que soportaba Okinawa al albergar tantas bases militares de EEUU.
Si el gobierno está preocupado por el peligro que representa Futenma, “primero debe instar al gobierno de Estados Unidos a minimizar las operaciones de las aeronaves militares con base en Futenma y que se abstenga de realizar ejercicios militares que amenacen la seguridad de los residentes”.
El diario japonés hace notar que la agrupación gobernante, el Partido Liberal Demócrata, y su aliado Komeito, dieron libertad a sus miembros de votar en el referéndum en vez de seguir la línea del gobierno.
Si la coalición gobernante cree que el traslado a Henoko es la mejor opción para reemplazar a la base de Futenma, que entraña riesgos para los habitantes que viven cerca de ella, entonces debió haber defendido el plan gubernamental, explicando por qué es bueno. Sin embargo, no hizo nada.
No solo han ignorado el resultado del referéndum, sino que además “se han burlado del proceso democrático”.
Asahi recordó que en 2016, el exgobernador de Okinawa, Takeshi Onaga (fallecido el año pasado), durante una ceremonia por el Día Conmemorativo de Okinawa (en el que se rinde homenaje a las personas que murieron durante la Batalla de Okinawa en 1945) se preguntó si la libertad, igualdad, derechos humanos y democracia que la Constitución de Japón garantiza al pueblo de Japón también están garantizados por igual al pueblo de Okinawa.
La manera en que el gobierno de Japón ignora la voluntad de la gente de Okinawa “ha llevado a la democracia de la nación a una crisis”.
El plan es claramente inviable, tanto técnica como políticamente, dice Asahi. Se estima que las obras en Henoko durarán mucho más de lo esperado, lo que significa que la peligrosa base de Futenma seguirá donde está mucho tiempo más.
El gobierno de Japón debe suspender las obras y dialogar con Okinawa y Estados Unidos y tomar los resultados del referéndum como una señal de que debe cambiar su posición sobre el plan, concluye el diario. (International Press)
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