Al día siguiente, sin embargo, las obras de construcción continuaron ante la protesta de unos 40 manifestantes que se congregaron en el lugar en el distrito de Henoko donde se levantará la nueva instalación militar.
Uno de ellos, Keiichi Yamauchi, de 69 años, dijo que el “no” a la nueva base ganó de manera abrumadora y que “el gobierno del primer ministro Shinzo Abe debería hacer lo honorable y dar marcha atrás».
Otros, viendo cómo las obras continuaban como si no hubiera habido referéndum, preguntaban «¿No se avergüenzan de seguir con la construcción el día después de que el pueblo dejó en claro su punto de vista?».
Katsuhiko Nakamura, de 76 años, dijo: «No puedo perdonar a un gobierno que aplasta la voluntad de las personas bajo su bota».
«He pasado de la indignación a la terrible frustración», dijo Koyu Fukushima, de 68 años, ante la decisión del gobierno, expresada por Abe, de continuar con las obras.
Por su parte, Hiroji Yamashiro, líder de una organización antibase, manifestó: “Le mostraremos la indignación de Okinawa a todo el país y todo el mundo».
Los activistas formaron barricadas humanas para obstaculizar los camiones que transportaban tierra y arena como parte de los trabajos de recuperación de tierras, pero fueron dispersados por la policía. (International Press)
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