El asesino, que entonces era menor de edad, le disparó en la cabeza y la espalda.
El hombre de 20 años se declaró culpable por el asesinato de su superior, Akira Imoto (41), durante el primer día del juicio que se le sigue, informó Kyodo.
Sin embargo, el expolicía solicitó clemencia alegando que su capacidad de discernimiento estaba debilitada por el estrés que sufría.
Sus abogados sostuvieron durante el juicio que que el asesino estaba batallando contra un trastorno de adaptación causado por el estrés, motivo por el cual su capacidad para juzgar entre el bien y el mal y controlar su comportamiento antes de disparar se había reducido.
El expolicía, prosiguieron sus defensores, estaba enojado y frustrado con su trabajo. Imoto, que estaba a cargo de su entrenamiento, le ordenaba repetidamente que corrigiera unos documentos que había escrito.
El día del crimen también le llamó la atención y la ira y la frustración del asesino “explotaron”, según los abogados. Se sentía un inútil por las constantes correcciones de Imoto y pensó que se sentiría mejor si su superior moría.
Sus defensores también dijeron que le faltaba tiempo de sueño cuando cometió el crimen.
La fiscalía, no obstante, afirmó que el hombre debe ser considerado penalmente responsable, pues tiene claros recuerdos del crimen y no registra antecedentes de enfermedad mental.
Aunque el asesino, después de ser detenido, se quejó de Imoto durante la investigación del caso y dijo que era rígido, también manifestó que lo había orientado de manera apropiada.
Antes del crimen, la policía de Shiga no tuvo reportes de que hubiera problemas entre ambos.
El joven se graduó de la escuela de policía en enero del año pasado y fue asignado al local de Hikone unas dos semanas antes del asesinato. (International Press)
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