El reconocido músico japonés Ryuichi Sakamoto, ganador de un Oscar por la banda sonora de la película “El último emperador”, es una de las celebridades que han elevado su voz para protestar contra la construcción de una base militar de Estados Unidos en Okinawa.
En declaraciones recogidas por Asahi Shimbun, Sakamoto manifiesta su disposición a utilizar su estatus de famoso para pronunciarse contra la base, incluso si eso afecta su popularidad.
Sakamoto visitó las áreas afectadas por el terremoto, el tsunami y el desastre nuclear de 2011 y dice que entonces pensó que las plantas nucleares y las bases militares de Estados Unidos no son temas separados. “Si las centrales nucleares y las bases militares son tan necesarias, ¿por qué no construirlas en Tokio?”, se pregunta.
¿Qué hace el Estado? Construirlas en zonas rurales. Según el músico, existe una fuerte mentalidad de «pon lejos lo que huele mal».
“Las personas que desean preservar la naturaleza o proteger su propia tierra y vida tienen el derecho de resistir. Pero el Estado en todas las épocas ha suprimido eso con dinero y violencia. Eso es precisamente lo que está sucediendo ahora en Okinawa”, dice.
El músico critica al gobierno de Japón por “no hacer ningún intento de tener una discusión seria con los opositores”. A su juicio, el gobierno nipón “está imitando al presidente (Donald) Trump”.
Sakamoto afirma que es fácil convertirse en blanco de ataques en Japón cuando se toma una posición, particularmente en un asunto con connotaciones políticas. A él no le preocupa.
Los artistas deben ser como «el canario en una mina de carbón» (los mineros tenían la costumbre de llevar un canario enjaulado a las minas por precaución, pues su muerte indicaba que había gases tóxicos y que era necesario salir del lugar de inmediato) para alertar al público sobre un peligro inminente, dice.
El músico destaca que Rola, una modelo y popular figura televisiva en Japón, figure entre las personas que han firmado una petición en línea contra las obras en Okinawa.
En Japón, afirma Sakamoto, mucha gente se calla sus opiniones porque teme ser objeto de críticas.
Por contraste, Sakamoto pone el ejemplo de Estados Unidos, en el que no es inusual que las celebridades, artistas o deportistas, realicen declaraciones políticas, y cita el caso de George Clooney, que llegó a ser detenido durante una protesta relacionada con derechos humanos en la embajada de Sudán en Washington.
Sakamoto recuerda que su primer acercamiento a Okinawa fue gracias a la música, en particular a las canciones folclóricas de la prefectura. Le pareció única, muy diferente del resto de Japón. Era estudiante de koko.
En 2015 el músico compuso una canción sobre la gente y la belleza natural de Okinawa. Sakamoto ha cedido los fondos del tema al Fondo Henoko, un movimiento antibase. (International Press)
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