Echarse una siesta en el trabajo no es una pérdida de tiempo. Es un descanso necesario, una inversión en salud, una manera de reponer energías para rendir más. Así lo entienden cada vez más empresas en Japón, revela Kyodo.
Y no se trata solo de que están permitiendo que sus empleados sesteen un poco sobre su escritorio. Hay compañías que incluso han creado ambientes especiales para las siestas y organizan seminarios para explicar su importancia.
Las empresas de tecnología de la información están a la vanguardia. Una de ellas, Nextbeat Co, con sede en Tokio, ha establecido dos habitaciones, una para mujeres y otra para hombres, para que sus trabajadores hagan la siesta. Y apunta a crear más.
La habitación cuenta con un dispositivo que bloquea los ruidos exteriores, sofás y fragancias. Está prohibido el uso de computadoras y teléfonos.
La compañía destaca que la siesta puede tener efectos favorables en la productividad.
Los trabajadores de Nextbeat pueden hacer 30 minutos de siesta diaria (que, ojo, están considerados como parte de las horas de trabajo regulares).
Por otro lado, sus empleados no deben hacer horas extra hasta altas horas de la noche (a las 9 p. m. tienen que salir).
La medida rinde frutos. Hideyuki Utsunomiya, un ingeniero de 31 años que pasa largas horas frente a la pantalla de un ordenador y a menudo dormita debido al cansancio, dice que su productividad ha aumentado desde que hace siestas.
Mientras tanto, la compañía inmobiliaria Mitsubishi Estate ha establecido seis habitaciones para siestas (igual número para hombres y mujeres).
Los trabajadores tienen derecho a siestas de 30 minutos.
Como en el caso anterior, la iniciativa ha sido positiva. Mitsubishi Estate realizó un estudio que encontró que tomar siestas mejora la concentración en el trabajo y contribuye a mantener la motivación general.
Al principio, los empleados eran reacios a tomar la siesta, pero el hábito se extendió después de conocerse los resultados de la investigación.
Mitsubishi Estate cuenta con la colaboración de Neurospace, una firma que crea programas de siestas para empresas.
Las compañías entienden que cuidar la salud de sus trabajadores significa también cuidar sus propios intereses. Un trabajador debilitado por la falta de sueño es menos productivo.
Parece que cada vez se duerme peor. Se culpa a los teléfonos inteligentes, omnipresentes en la vida cotidiana, de que la gente duerma menos.
Nao Tomono, un consultor del sueño, asegura que el insomnio ha aumentado con la propagación de los teléfonos móviles.
Tomono cuenta que cada vez se le da más importancia al sueño, entendiendo que la baja productividad y los trastornos mentales y físicos que acarrea la falta de sueño causan grandes pérdidas económicas. (International Press)
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