“Dark Tourist” es una serie de Netflix conducida por el periodista de Nueva Zelanda, David Farrier, que recorre no los típicos destinos turísticos, sino lugares señalados como oscuros y peligrosos.
El segundo episodio está dedicado a Fukushima y sus autoridades evalúan tomar medidas contra Netflix, según el sitio news.com.au.
Farrier recorre en un bus turístico, en el que también viajan otros extranjeros, las zonas afectadas por el desastre nuclear del 11 de marzo de 2011. Los viajeros no pueden ocultar su creciente nerviosismo ante las elevadas cifras que marcan sus contadores Geiger, que miden la radiación, hasta 50 veces por encima de los niveles que se consideran seguros.
Asimismo, se aprecia a Farrer en un restaurante, exteriorizando su preocupación por la posibilidad de que la comida esté contaminada.
El periodista dijo que era «muy desconcertante» visitar las zonas afectadas por el desastre nuclear de Fukushima. «Básicamente, estás en medio de un microondas», subrayó.
«Este dispositivo (el contador) te dice que la radiación es mucho más alta de lo que es seguro», añadió.
Las autoridades de Fukushima temen que la serie “alimente los temores irracionales relacionados con el desastre de marzo de 2011 en la planta nuclear de Fukushima».
Al parecer, están particularmente preocupados por la referencia a la posible contaminación de los alimentos locales y los altos niveles de radiación registrados en los contadores en un lugar por el que el bus transita y que no se especifica en la serie.
Cientos de miles de personas abandonaron sus hogares en Fukushima tras el desastre de 2011.
El temor a la radiación ha alejado a mucha gente; sin embargo, atrae a aquellas personas interesadas en visitar lugares asociados a la muerte y las catástrofes. En 2017, alrededor de 94.000 turistas extranjeros visitaron Fukushima. (International Press)
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