A veces el destino puede ser muy cruel. El 11 de marzo de 2011, Rikako Katagiri, una profesora de kínder de 31 años en la ciudad de Kamaishi, prefectura de Iwate, acudió a la escuela para trabajar por última vez. Estaba embarazada de nueve meses e iba a tomar un permiso por maternidad.
Ese día, un tsunami devastó la región de Tohoku. Tras producirse el terremoto, Rikako se refugió en un centro de evacuación, donde encontró la muerte.
Los padres de la maestra presentaron una demanda ante el municipio de Kamaishi en busca de compensación alegando que las autoridades no brindaron información correcta sobre la evacuación que hubiera podido salvar a su hija.
Más de siete años después de la tragedia, sus padres y la ciudad llegaron a un acuerdo, informó Mainichi Shimbun.
El municipio de Kamaishi reconoció su responsabilidad administrativa por la muerte de Rikako y pagará a su familia 489.500 yenes (4.431 dólares) en compensación.
Además, el municipio debe disculparse ante las víctimas y expresar su gratitud al personal del kínder, entre ellos la profesora, por arriesgar su propia vida para salvar a dos niños.
Los padres expresaron su aprecio por un acuerdo que los hace sentir que la muerte de su hija no fue en vano. Por fin hallaron paz.
Taiki Terasawa (68) y Nakako Terasawa (67) visitan la tumba de su hija en el aniversario mensual de su muerte.
El acuerdo se materializó el 3 de julio, el día en que la madre cumple años. «Me pregunto si el acuerdo es un regalo de mi hija. Fui a la tumba de mi hija y hablé con ella, preguntándome cuánto habría crecido mi nieto si ellos hubieran sobrevivido», dijo, conteniendo las lágrimas.
Por su parte, el padre declaró que el municipio de Kamaishi ha prometido reforzar su plan de prevención de desastres. «Esto llevará a la construcción de una ciudad segura en la que una tragedia como esta nunca se repetirá», dijo.
El alcalde de la ciudad se comprometió a intensificar sus esfuerzos para hacer de Kamaishi un lugar más seguro. (International Press)
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