“¿Hasta cuándo el primer ministro Shinzo Abe continuará sin hacer nada con el ministro de Finanzas, Taro Aso?”. Así comienza un editorial de Asahi Shimbun muy crítico con Abe por su inacción con respecto a Aso.
Aso ha trivializado la denuncia de acoso sexual contra su exviceministro Junichi Fukuda. El martes, repitió lo que había dicho la semana pasada: que no existen cargos penales por acoso sexual.
Ese, subraya Asahi, no es el punto. “El problema no es si Fukuda cometió un delito penal, sino cómo debería haber respondido a las acusaciones de que sobrepasó los límites de la decencia humana”.
Aso es incapaz de pensar de esa manera, dice el diario japonés. Para él, el acoso sexual es un asunto “trivial”. Por eso, no ha mostrado ni “una pizca de consideración por la víctima”.
Por ejemplo, el ministro de Finanzas declaró que “muchas personas” piensan que a Fukuda le tendieron una trampa (¿él también lo piensa?).
Cuando le preguntaron sobre una denuncia escrita presentada por representantes de la víctima, Aso, burlón, dijo que sí lo había leído, pero que le hubiera gustado que utilizaran “una fuente más grande para que fuese más fácil de leer”.
Hay que recordar, además, que el ministro de Finanzas y viceprimer ministro de Japón pidió a las víctimas, “si existen”, que dieran la cara.
“Todo el manejo de Aso de este escándalo ha desafiado el sentido común”, remarca Asahi.
“Sin embargo, Abe continúa defendiendo a Aso. Esto equivale a declarar a la nación, así como a todo el mundo, que el gobierno de Abe es tolerante con el acoso sexual”.
¿Por qué Abe mantiene a Aso? Porque el primer ministro quiere ganar un tercer mandato como presidente del Partido Liberal Demócrata en las elecciones de este otoño y necesita a Aso como aliado. Y Aso lidera la segunda facción más grande del partido.
Al mantener a Aso, dice Asahi, “el eslogan de Abe de construir ‘una sociedad donde las mujeres puedan brillar’ ha demostrado ser totalmente falso”. (International Press)
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