Los drones operados por extranjeros que sobrevuelan destinos turísticos se han convertido en un dolor de cabeza para las autoridades en Japón, revela Yomiuri Shimbun.
El país asiático no exige una licencia para volar un dron, pero la ley prohíbe el uso de drones de 200 gramos o más sin permiso en zonas muy pobladas, de noche y en otras circunstancias.
Para informar de la prohibición a los extranjeros, gobiernos locales han puesto carteles multilingües y empleados municipales realizan patrullajes para que la ley no se viole.
Durante el festival de sakura realizado en la ciudad de Hirosaki, prefectura de Aomori, funcionarios locales recorrieron el parque para advertir a los visitantes de la prohibición si los encontraban operando drones.
La medida se tomó debido a que el año pasado, un turista francés hizo volar un dron para grabar un video de las flores de cerezo durante el festival.
La tarea de los funcionarios de Hirosaki no se limita a la vigilancia física. También están atentos a la publicación de videos en línea grabados por drones en parques u otros espacios públicos. Si los hallan, escriben comentarios para advertir de que el dron voló sin permiso. Lo que buscan es informar a los usuarios y disuadirlos de imitar el indebido comportamiento.
Mientras tanto, el gobierno metropolitano de Tokio ha puesto carteles en varios idiomas en 16 puntos en el parque de Ueno para avisar de que no se pueden volar drones.
Por su parte, el municipio de la ciudad de Himeji, prefectura de Hyogo, prohíbe el uso de drones en todo el castillo de Himeji, Patrimonio Mundial, pues su uso podría causar daños en su estructura. Las autoridades han instalado 80 letreros en japonés e inglés.
El veto a los drones no es exclusivo del sector público.
Tokyo Disney Resort prohíbe los drones en sus parques temáticos. Si encuentran a un visitante con un dron entre sus pertenencias, le impiden la entrada. (International Press)
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