El operativo ha movilizado a unos 6.600 policías, revela la agencia Kyodo.
Pese a ser pequeña, la isla está cubierta de bosques y su accidentada topografía complican la labor de la policía.
Otra cosa que complica la tarea es que en la isla hay más de mil casas desocupadas, y la policía no puede entrar en ellas sin autorización de sus propietarios, muchos de los cuales no pueden ser identificados. ¿Qué le queda a la policía? Investigar desde el exterior.
El hombre ha dejado rastros: sus huellas digitales en coches que robó para huir y las sobras de productos (golosinas y leche) que consumió.
Entre el lunes y el viernes de la semana pasada ha habido siete robos, motivo por el cual se cree que Hirao cuenta con dinero en efectivo. El ladrón podría estar sobreviviendo gracias a alimentos encontrados en las viviendas vacías, según algunos policías. Además, hay árboles frutales y huertos desatendidos.
¿Cruzar a nado hasta la isla de Honshu? La distancia más corta es de solo 200 metros. Un funcionario de un operador de ferry declaró a Kyodo que la marea es rápida y que la temperatura del agua es fría. Nadar en esas condiciones sería imprudente, dijo.
Cuatro puentes unen las dos islas.
La búsqueda ha perturbado la vida cotidiana de sus habitantes, sobre todo por los atascos de tráfico provocados por los controles de la policía.
La isla tiene 22 kilómetros cuadrados y alrededor de 20.000 habitantes.
Hirao huyó de una prisión “abierta”, una de las cuatro en Japón que no cuenta con muros perimetrales. Desde 1961, 20 personas (incluyendo a Hirao) han escapado de ella. (International Press)
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