La tasa de aprobación del gabinete del primer ministro japonés, Shinzo Abe, bajó a 48.1%, registrando una caída de 2.7 puntos en comparación al mes pasado.
La encuesta nacional realizada el sábado y el domingo, y dada a conocer por la agencia Kyodo, refleja la caída en la aprobación en comparación al mes de febrero, cuando la aprobación fue de 50.8%
Asimismo, un 69.1% de los encuestados no ve necesidad de aprobar un proyecto de ley de reforma laboral en la actual sesión de la Dieta, contra un 17.1% que señala que el proyecto de ley debería promulgarse ya.
Esta pregunta es clave en estos días, pues se da en medio de las disputas en el parlamento entre legisladores gobernantes y los opositores a las reformas laborales, luego de descubrirse errores en los datos del gobierno sobre la ley de remuneración bajo el sistema de trabajo discrecional.
Abe dijo el jueves que eliminaría un componente clave de la ley que permite a los empleadores pagar un monto fijo a sus trabajadores por las horas extras, en lugar de pagar por las horas extras reales trabajadas.
Con respecto a los datos compilados por el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar basados en la encuesta del 2013, se descubrieron numerosos errores después de que el gobierno de Abe insistió en que el trabajador promedio en un contrato laboral discrecional generalmente trabaja menos horas que un trabajador bajo un contrato convencional.
Cuando se le preguntó si el sistema de trabajo discrecional debería expandirse, el 46.4 por ciento dijo que se oponía a la idea, mientras que el 27.9 por ciento lo apoyó.
El sistema de trabajo discrecional fue designado como un pilar de la reforma laboral de Abe destinada a promover estilos de trabajo más flexibles.
Abe, sin embargo, insistió en que se debe mantener otro componente de la ley prevista, que exime de los horarios de trabajo a los trabajadores profesionales altamente calificados y con altos salarios.
El llamado sistema de exención de tiempo extra de cuello blanco ha sido buscado por los grupos empresariales, mientras que los partidos de oposición y los sindicatos laborales critican el sistema, diciendo que conducirá a «cero pago de horas extras». (International Press)
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