En 2002, la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial, un organismo gubernamental de supervisión que ya no existe, solicitó a Tokyo Electric Power (TEPCO), operador de la planta nuclear de Fukushima, calcular los efectos potenciales de un tsunami en caso de un terremoto en la prefectura de Fukushima.
TEPCO se negó a atender el pedido, reveló Mainichi Shimbun, cuya fuente es un exfuncionario de la agencia y del Ministerio de Economía, de la que dependía.
La agencia realizó el pedido al operador de la planta nuclear después de que el gobierno de Japón reveló en un informe que un potente terremoto podría golpear la costa del Pacífico, incluyendo a la prefectura de Fukushima, lo que desencadenaría un gran tsunami.
Tras la publicación del informe gubernamental, el funcionario de la agencia se reunió con TEPCO y solicitó a la compañía que calculara la posibilidad de que se produjeran un terremoto y un tsunami en la costa de Fukushima.
Los representantes de TEPCO presentes en la reunión desecharon la petición, diciendo que «tomaría tiempo y costaría dinero» y que no había una base científica confiable que sustentara el informe gubernamental.
La discusión duró alrededor de 40 minutos y culminó cuando la agencia aceptó la decisión de TEPCO.
En 2006, la agencia solicitó nuevamente a TEPCO que preparara sus plantas nucleares para un gran tsunami que excediera los niveles previstos. La compañía hizo caso omiso de la solicitud.
En 2008, finalmente, TEPCO realizó cálculos sobre las posibles consecuencias de un gran tsunami, concluyendo que olas de hasta 15,7 metros podrían golpear a la planta de Fukushima. Sin embargo, no tomó ninguna medida de prevención. (International Press)
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