Alicia G.Arribas / EFE
El dibujante japonés Go Nagai, creador de los manga que incorporaban robots gigantescos a las aventuras y «padre» del mítico Mazinger Z, aseguró en una entrevista con Efe que inventó este personaje para «infundir valor a los niños para plantar cara y sobrellevar las dificultades de la vida».
«Creo que la forma en la que Mazinger Z combate y vence a los varios tipos de enemigos a los que se enfrenta da ganas de vivir a los niños», manifestó el dibujante, también guionista de la serie de televisión que marcó una época en todo el mundo y que se estrenó en Japón en 1972.
Con ese motivo, el cineasta japonés Junji Shimizu ha rodado un largometraje muy fiel a los orígenes y esencia de Mazinger que homenajea al personaje recreando una secuela que ocurre diez años después del final de la serie. Es «Mazinger Z: Infinity», que se estrenó en España y llegará próximamente a países como México y Argentina.
A Go Nagai, que ha escrito el manga en el que se basa esta nueva película, le encanta el resultado: «Me gusta mucho. Era el ‘Mazinger Z ‘que esperaba. Ha superado mis expectativas».
El japonés (Wajima, 1945) afirma que «la acción desenfrenada» es lo mejor de la película, que empieza cuando el expiloto Koji Kabuto, ahora un científico respetado, se encuentra con unas misteriosas ruinas en el monte Fuji.
El descubrimiento, que trae de nuevo el recuerdo del Doctor Infierno, amenaza a la humanidad, por lo que el destino del mundo queda, una vez más, en manos de Koji Kabuto y Mazinger Z. Es decir, Mazinger en estado puro, tanto en la historia, como en la técnica, que Shimizu ha mantenido fiel al estilo original de hace casi medio siglo.
De hecho, el Doctor Infierno pone el dedo en la llaga al afirmar que la debilidad del ser humano es que no sabe gestionar la diversidad, y eso lo debilita.
Lo explica Nagai: «Creo que la diversidad es un problema de la humanidad y me parece que Doctor Infierno lo enfoca de manera que lo puedan entender los niños. A veces se usan conceptos complicados para explicar cosas profundas, pero yo diría que se puede disfrutar de la película en su totalidad sin que haga falta entenderlos».
Go Nagai fue el primero en imaginar, y dibujar, a un humano controlando un robot desde su interior, una idea que cambió el panorama de la animación japonesa posterior, y no solo en el terreno del cómic, sino que dio un vuelco al anime y sirvió de inspiración a cineastas de todos los rincones del mundo.
De hecho, directores como Michael Bay («Transformers») o Guillermo del Toro («Pacific Rim») han reconocido la influencia de Nagai, a quien el mexicano ha definido como «el Mozart del mundo de la animación de máquinas».
Incluso, músicos de heavy metal como Black Sabbath, Animetal o Synfonier le han rendido homenaje, después de que su potente banda sonora fuera entonada por niños de todo el mundo.
«Me siento muy orgulloso de ello y me sigue emocionando que muchos de aquellos niños sigan adorando a Mazinger de adultos», afirma Nagai.
Entiende el septuagenario que la vida y el público han cambiado mucho en 45 años; los autómatas, dice, «se han convertido hoy en una presencia cercana», pero aún así «los robots de combate gigantes siguen siendo igual de fantásticos que antaño».
El japonés, que ha trabajado indistintamente para el cine y la televisión, considera que «cualquier medio de comunicación tiene sus ventajas», así que los ve «todos».
«Uso el manga porque se adapta mejor a mis circunstancias, pero siempre he pensado en cine», añade.
Discípulo del pionero del manga Osamu Tezuka, el provocador Go Nagai debutó en 1967 con el cómic «Meakashi Pori Kichi». Al año siguiente sacó el controvertido cómic «Harenchi Gakuen» («Shameless High School»), que fue un gran éxito y revolucionó la industria del manga, aunque fue rechazado por las asociaciones conservadoras de padres y maestros en Japón quemaron públicamente algunas copias
En 1972 publicó su manga más popular, «Devil-Man», que pronto tuvo su propia serie de anime en 1972. Y luego vino su serie «Mazinger Z», de 92 capítulos, que fue un éxito mundial y, además de numerosos juguetes y productos derivados, dio lugar a varios «spin-offs» y películas.
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