Rusia advirtió a Japón contra el despliegue de sistemas antimisiles, ya que supondría una amenaza para la seguridad rusa y violaría el tratado de eliminación de misiles nucleares de medio y corto alcance (INF).
«El hecho de que sistemas análogos (a los de EEUU) puedan aparecer cerca de las fronteras orientales de Rusia crea una nueva situación que no podemos dejar de tener en cuenta en nuestros planes militares», afirmó Serguéi Riabkov, viceministro de Exteriores, en un comunicado.
El diplomático llamó a las autoridades japonesas a «sopesar si les conviene ser copartícipes de una violación del tratado INF», que data de la Guerra Fría.
Destacó que los sistemas terrestres interceptores de proyectiles Aegis que Tokio piensa emplazar son técnica y funcionalmente «idénticos a los norteamericanos».
Riabkov subrayó que dichos sistemas pueden lanzar tanto «misiles interceptores como misiles de crucero de medio y corto alcance».
«EEUU los está desplegando en sus bases militares en Rumanía y Polonia, es decir, cerca de nuestras fronteras occidentales, en contraposición al tratado INF de 1987, que prohíbe esos sistemas de emplazamiento terrestre», agregó.
En cuanto a la afirmación del Gobierno nipón de que dichos sistemas no representan una amenaza ni violan el tratado suscrito entonces por la URSS y EEUU, Riabkov recordó que Tokio participa desde hace tiempo en la creación del segmento asiático del escudo antimisiles norteamericano.
«En 2006 se firmó un acuerdo intergubernamental sobre cooperación en materia de defensa antimisiles. En virtud de ese acuerdo, se desarrollan conjuntamente sistemas antimisiles de nueva generación», precisó.
La portavoz de la Cancillería rusa ya advirtió esta semana de que el despliegue de los Aegis perjudicará a las relaciones bilaterales y, en particular, a las negociaciones de un tratado de paz pendiente desde la Segunda Guerra Mundial.
Japón mantiene que los Aegis, que cubrirán todo el archipiélago y entrarán en funcionamiento en 2023, son un sistema «exclusivamente defensivo» y recuerda que avisó sobre sus intenciones en noviembre al ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.
A mediados de diciembre, Tokio decidió adquirir dichos sistemas de fabricación estadounidense debido a la pujanza armamentística de Corea del Norte, cuyos últimos misiles sobrevolaron territorio japonés en sendos ensayos.
Aunque la Constitución nipona establece que Japón sólo puede dotarse de capacidades militares defensivas, el Ejecutivo que lidera el conservador Shinzo Abe ha reinterpretado esa norma, además de aumentar gradualmente el gasto militar desde su llegada al poder. (EFE)
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