En noviembre, un turista chino tomó los servicios de un taxi ilegal que reservó a través de una aplicación para visitar diversos lugares turísticos en Kioto. Por diez horas de transporte pagó 33.000 yenes (292 dólares). Cualquier taxista legal le hubiera cobrado entre 50.000 (443 dólares) y 70.000 yenes (620 dólares).
Una gran diferencia que explica la creciente popularidad de los taxis “shirotaku” entre los turistas extranjeros en Japón, revela Asahi Shimbun.
Otra ventaja de los shirotaku, además de su precio, es que los conductores pueden hablar el idioma de sus clientes extranjeros.
Sus tarifas son baratas porque al no poseer licencia y operar de manera ilegal no pagan impuestos ni seguros.
Sin embargo, además de ilegales, pueden ser potencialmente peligrosos.
Como no tienen licencia profesional, nada garantiza la profesionalidad o capacidad del conductor, motivo por el cual tomar sus servicios puede ser riesgoso, un riesgo que aumenta considerando que no tienen seguro.
Las autoridades japonesas están intensificando su ofensiva contra estos taxis, muchos de los cuales puedes encontrar en aeropuertos y destinos turísticos en todo el país, y que como muestra el caso reseñado en el primer párrafo puedes reservar a través de aplicaciones.
La policía ha arrestado a taxistas chinos y surcoreanos que transportaban turistas sin estar autorizados para ello.
Y son un montón. Una sola aplicación tiene registrados 2.000 shirotaku en Tokio, 1.400 en Osaka y 300 en Hokkaido.
Asahi entrevistó a un fotógrafo chino que “hace arubaito” con un taxi shirotaku. Lleva dos años en esto y, aprovechando su profesión, también se ofrece a tomar fotos a sus clientes, servicio con el que puede duplicar o triplicar su tarifa. En un día ha llegado a ganar 100.000 yenes (886 dólares). (International Press)
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