Esto no es nuevo. Aomori es último desde 1975 en el caso de los hombres y desde 2000 en el caso de las mujeres.
Un columnista de Asahi Shimbun visitó Aomori para conocer la impresión de la gente sobre las cifras publicadas recientemente por el Ministerio de Salud de Japón y descubrió que a la mayoría de la gente (al menos con quienes habló) el tema no les parece gran cosa.
Incluso algunos parecen jactarse de ello, como el hombre que dijo: “Mi esposa y yo somos fumadores. No hacemos ejercicio. Bebemos. Y los dos amamos las comidas saladas».
A quienes sí importa el tema es a las autoridades de Aomori, que incentivan a la gente a no fumar y realizar ejercicios.
Además, existe un proyecto importante con el que buscan modificar la cultura alimentaria local. Ya lo dijo el hombre: mucha sal. Los habitantes de Aomori consumen un 40 % más de sal de la cantidad diaria recomendada por el gobierno (8 gramos para hombres y 7 g para mujeres).
El proyecto en mención, que no es nuevo porque fue lanzado hace tres años, busca que la gente utilice dashi (caldo) en vez de sal en la preparación de comidas.
La iniciativa es liderada por la funcionaria Ayako Yoshida, que declaró a Asahi que cada vez que comía udon (sopa de fideos) fuera de Aomori se percataba de que en su prefectura dependían demasiado de la sal.
Yoshida da charlas sobre los beneficios para la salud del dashi, promueve almuerzos escolares bajos en sal e impulsa el consumo de un dashi local recién salido al mercado. (International Press)
Be the first to comment