Lawrence Kubo es un sansei estadounidense de 67 años. Su padre, Bob Kubo, fue un héroe de guerra, y no por los soldados enemigos que mató, sino por las personas que salvó.
Bob Kubo peleó defendiendo a su país, Estados Unidos, en la batalla de Saipán en 1944 durante la II Guerra Mundial.
En una entrevista concedida a Kyodo, Lawrence cuenta la historia de su padre.
Bob, hijo de inmigrantes japoneses, fue enviado al frente de batalla en el Pacífico.
Durante la guerra, muchos soldados y civiles japoneses se suicidaban en masa para no rendirse y caer prisioneros de los estadounidenses.
El 26 de julio de 1944, enterado de que un grupo de soldados japoneses se habían encerrado en una cueva con más de cien civiles negándose a la rendición, Bob, que hablaba japonés, se ofreció a tratar de persuadirlos de que se rindieran y salvaran sus vidas.
Eran ocho soldados y 122 civiles.
Bob habló con los ocho hombres de armas para que se entregaran y dejaran irse a los civiles.
Apuntándolo con sus armas, los soldados japoneses le dijeron a Bob: «¿Cómo alguien que es descendiente de japoneses puede luchar contra Japón?».
Kubo respondió: «Soy hijo de padres japoneses, pero nací en Estados Unidos. Estados Unidos es mi país y lucho por él».
Bob consiguió ganarse el respeto y la confianza de los soldados japoneses. Alrededor de dos horas después, salió de la cueva con los ocho soldados y 122 civiles.
Antes de su muerte en 1998, a los 78 años, Bob recibió la Cruz por Servicio Distinguido gracias a los testimonios de los soldados japoneses.
Lawrence Kubo está buscando a parientes de los 130 japoneses que salvó su padre para hablar con ellos y escuchar, desde el lado japonés, las historias sobre el acto valeroso de su papá. (International Press)
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